tag:blogger.com,1999:blog-21057893197909478102024-03-18T15:13:11.365+01:00gintonicdreamsupersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.comBlogger9775125tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-33922534943225897592024-03-18T15:12:00.001+01:002024-03-18T15:12:19.281+01:00Obituary. Primera temporada. <iframe width="400" height="335" src="https://www.youtube.com/embed/5p0GSTnHhUo?si=DrQZ5QWLNcc3gNj2" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen></iframe>
<a href="https://www.movistarplus.es/series/obituary-t1/episodio-1/ficha?tipo=E&id=3222189">Obituary</a> tiene algo de <a href="https://salvaj2uan.blogspot.com/2009/12/dexter-cuarta-temporada.html">Dexter,</a> de justicia de primera mano, de cercanía y sospecha, de accidente divino y de interrupción estelar. Y hay palabras en latín que hay que inventar, o volver a inventar para que se vuelvan a utilizar. Obituary está ubicado en un pueblo sin Primark con 5007 habitantes (y bajando). Y si algo no ocurre, <a href="https://salvaj2uan.blogspot.com/2010/12/dexter-quinta-temporada.html">la dexterización</a> llega aunque lleva ropa de rayas escocesas, y padre borracho y se dedique a las necrológicas en un periódico de mierda que solo paga por trabajo realizado. Todo muy esquizofrénico. “A veces me preocupa que me pillen, pero entonces recuerdo la clase de gente que vive en este pueblo y se me pasa la preocupación. Pero en el caso de que algo saliese mal, he decidido que los traeré al cementerio”. Obituary va del deliro del pub cutre, a los parroquianos aún más cutres, a un mundo en el que la supervivencia va de imaginación y trapicheo, de respirar para atrapar secretos que, antes o después, tendrán que salir a relucir. Pero no relucen porque en esas tierras insulares solo hay lluvia y oscuridad y cuando te vas a dar cuenta, estás perdido, porque como el moribundo, ya sabes lo que te espera: “Está controlado. Eso es lo mismo que dije yo cuando empecé a toser sangre”. El infierno sigue lleno de buenas intenciones. Muy lleno. supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-21371703827052999062024-03-17T12:25:00.000+01:002024-03-17T12:25:37.208+01:00Los amos del aire. Primera temporada. <iframe width="400" height="335" src="https://www.youtube.com/embed/lA-1JCRguZ0?si=CBQ5YoBAeQ6Wh_1m" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen></iframe>
“Llegamos de todos los rincones del país con un mismo objetivo: llevar la guerra a las puertas de Hitler”. Fiordos, B-17’s en escuadrón, cazadoras de cuero, palillos en la boca, sorpresas desagradables en el aire y una Europa vista desde los cielos. Y Viva Inglaterra, aunque se confunda con Francia. Y los geógrafos, también llamados navegantes, jodiendo la marrana. Y el problema, desde el principio, de la cadena de mando porque “el hecho de llevar la batuta no le convierte en director de orquesta”. Y para esa pandilla, entre Judas y Cristos, siempre hay preparada una última cena. Viva Bremen. <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Masters_of_the_Air">Los amos del aire</a> te llevan a esas miradas perdidas ante de subir al bicho volador sin saber si habrá vuelta, sin saber si esa bienvenida macabra será la penúltima o no será. “¿Les gusta la cerveza, no?”. Fintar, fintar y volver a fintar. Viva Argelia. Viva Münster. Viva Londres. Viva Nuremberg. “Tu amigo iba en aquel avión por un motivo, porque Adolf Hitler y su banda de matones decidieron dominar el mundo. Nada más. En esta guerra ese es el motivo de todos los muertos”. Pero quizás todos los muertos no eran iguales, quizás un bombardeo a la salida de misa en el centro de una ciudad alemana un domingo era evitable, o, por momentos, postergable. Esas preguntas, las que nos hacemos cuando buscamos justificaciones, nos llevan a creer que todo hubiese sido posible por otros medios. Pero no. Al igual que en<a href="https://salvaj2uan.blogspot.com/2020/04/band-of-brothers-primera-temporada.html"> Band of Brothers</a>, un último episodio en el que se huele la carne quemada nos disipa esas preguntas, nos disipa cualquier atisbo de duda. Había que hacerlo, y, si se diese el caso de nuevo, habría que hacerlo otra vez. Quizás hay recreo en los cielos, en las defensas antiaéreas alemanas, en los caballos blancos llenos de sangre, en los niños nazis sacando agua de un barco que se hundía. Quizás, pero ese último episodio, el de reencuentros y huidas, el de vuelos alimenticios, vale para responderlo todo. O casi todo. “Con las matanzas que hacemos, un día sí y otro también, eso te transforma, te hace diferente. Y no para bien. A veces, al despertar, no me reconozco en el espejo”. Es que no hay guerra, ni la hubo, para bien. Todo eso son majaderías de palomos que aplaudían a las 8 de la tarde desde ventanas y balcones haciendo el gilipollas pensando que con eso iba a cambiar algo. A la mierda las banderas blancas: “Estamos aquí para combatir a los monstruos. Hemos tenido que hacer cosas difíciles, pero fue necesario. No hay elección. Ya has visto de que son capaces. Se lo merecen”. Sobre los alemanes en esa guerra, <a href="https://tv.apple.com/us/show/masters-of-the-air/umc.cmc.7bxcni0vwgll9kmicq738k5q2">Los amos del aire,</a> con fuego aéreo nocturno nos repite: “Asunto: curiosa palabra para la muerte (…). Los alemanes se merecen todas tus bombas. Hay quien diferencia la guerra de la matanza indiscriminada, ellos no (…)”. Y la ración doble de pomelos mejor la dejamos para otro día. supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-15662280355029523472024-03-14T10:57:00.000+01:002024-03-14T10:57:53.049+01:00La vida secreta de Roberto BolañoLas vidas que se entrelazan en <a href="https://www.navonaed.com/libro/la-vida-secreta-de-roberto-bolano_150249/">La vida secreta de Roberto Bolaño</a> nos llevan a personajes que se refugian en metáforas y agujas, que se esconden entre sudores varios y retinas equivocadas, entre cenizas de cigarros que se niegan a morir por mucho que el sueño tangerino lleve a otras tentaciones. Esos tipos, algunos “con los ojos brillantes por el licor y el infierno”, nos llevan historias o son, directamente, la historia del relato, de los relatos. Son historias, o historia, con mayúscula, de las que escuchamos porque alguien “me la contó con orgullo del que ha inventado un cuento verdadero”. Pero son historias, o historia, que nos trasladan a una lectura con la que disfrutar con locura, porque “el placer es imposible de definir, por eso es tan abierto y antojadizo”. ¿La verdad? Todo es mentira, les suelto continuamente a mis alumnos en clase de Historia, contando historias. “Nadie existe hasta que es observado”, escribe<a href="https://salvaj2uan.blogspot.com/2022/04/carne-de-sirena.html"> Montero Glez</a> borgetizando y asegurando que “nunca quise ser escritor, tan sólo escribir”. LVSDRB nos lleva a cuentos etílicos y nostálgicos, a ausencia de victoria porque “de poco o nada sirven las derrotas si no te fundes con ellas en su razón de ser”. Como todo es mentira, reflexiona Montero Glez sobre los caprichos que tienen los dioses (sobre todo, con los jóvenes), sobre Marsé y ficciones que parecen verdad, sobre Ouka Leele y el verano en el que acabó la vida de Ceesepe y sobre como “la culpa siempre hormiguea”. Historias, o historia, de hígados calientes, de canciones con causa, de plegarias de distinta suciedad, de pláticas que no siempre llevan a la enredadera del jardín. Pero en esa enredadera, o en lo que parece la enredadera, toca escapar, pero “huir hacia adelante es lo que tiene, que si no la haces con cierta gracia puedes pisar en falso y acabar en el abismo”. <a href="https://www.navonaed.com/libro/la-vida-secreta-de-roberto-bolano_150249/">LVSDRB</a> es sucesión de escapadas sin escapada “porque el futuro, por mucho nos lo pinten de rosa, no existe”. Y apostilla MG: “Si existiese estaría en los cementerios”. La perfección que nunca llega, por mucho que pongamos acentos en monosílabos que no los necesitan, en curas a enfermedades que no la tienen: “La ciencia, al igual que la literatura, requiere un cúmulo de errores que hace felices a los hombres mientras se equivocan”. Y para rematar la sucesión, incide en la figura del maldito, en prosas que no siempre recordamos, en estilos que se pierden entre continentes y en recordar lo que es inevitable tener en el centro del iris: “El pasado es lo más parecido al recuerdo de un sueño”. Un buen libro para disfrutar de los matices y para recordar himnos de Nick Cave, al que siempre deberíamos tener presente. supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-68202878029094270822024-03-13T09:33:00.005+01:002024-03-13T09:35:57.772+01:00Hágase querer por una mala copia<iframe width="400" height="335" src="https://www.youtube.com/embed/V2aga5oh-ic?si=W1xG_b2r8dyBhPb8" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen></iframe>supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-77807655240630797002024-03-13T09:30:00.005+01:002024-03-13T09:36:37.513+01:00The Gentlemen. Primera temporada. Decía EHDLCV que el dinero vuela y las putas se van corriendo. Otras veces decía que van corriendo, que dependía del contexto. Y del dinero. Sobre todo, del dinero. Las historias de Guy Ritchie no van de Inglaterra (aunque citen a Tony Blair y Guillermo el Conquistador [Viva Normandía]), van del Rubicón que debemos cruzar y del Julio César que llevamos dentro (los idus, los putos idus). Hubo toda una generación de británicos (y gente con apariencia de británicos, o borracheras de británicos) que creció con el chascarrillo de las frases de <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Lock,_Stock_and_Two_Smoking_Barrels">Lock & Stock</a>. Con <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/The_Gentlemen_%282024_TV_series%29">The Gentlemen</a> no se llega a tanto, pero no será por palomas, o por palomas mensajeras, o por la granja entera, antes y después de pasar por el matadero, porque “nada une más que un poco de sangre sobre la lona”. No sólo de L&S hay en TG, sino <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Snatch_%28film%29">de Cerdos y Diamantes</a>, porque siempre hay algo que poner en la lápida, sea de mármol de Macael o de peor calidad y que se pone de mierda hasta el culo cada vez que la calima hace de las suyas: “Educamos al perro, no al hombre. Hay un perro en todo hombre que el hombre no puede controlar, así que lo hemos controlado por él. ¿Sabes cuál es el reto fundamental de la condición humana? Demasiado perro no entrenado”. Demasiado perro no entrenado. También hay vírgenes y gitanos en este universo neodarwinista: “Las personas o sobreviven en la jungla o existen en el zoo. Pocos reconocen la importancia de la paradójica reconciliación de las dos”. Con música que ayuda a la reflexión continua, al cambio de la dirección del viento, a los secretos, a las convivencias, al cristianismo utilizado, vemos una serie que nos lleva a la prisa y la violencia, a la jodienda y a lo susceptible de la inmediatez porque “los relojes son para la jubilación, y no es tiempo para ello”. O, podemos “reciclarnos como jugueteros”. Como putos jugueteros. Y luego, el continuo deseo de ajusticiar (no sólo en plazas públicas, pero también en ellas): “No basta con hacer justicia. La justicia debe ser vista para que se haga como aviso para aquellos que tengan tentaciones en el futuro”. Y eso es la vida una sucesión interminable de derrotas, de decepciones y de visiones que te llevan a darle a la quijotera en el diván frente a la lavadora: “A veces ganas y a veces ves como matan a alguien a machetazos”. Y más de una vez, hubiera añadido EHDLCV. Siempre hay que pensar en poner testiculina a nuestras vidas, y no solo en utopías hitlerianas, pero es que sin peligro no hay premio, no podríamos escapar (o intentar escapar) de la cárcel nuestra de todos los días. Lo dicho, una joya que podría estar mejor pulida pero que, por momentos, recuerda a ese mejor <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Lock,_Stock_and_Two_Smoking_Barrels">L&S</a>, al de la sonrisa maliciosa y los dardos envenenados de Vinnie Jones. O no. O simplemente nos hemos hecho demasiado mayores y nos creemos lo que no somos.
<iframe width="400" height="335" src="https://www.youtube.com/embed/wyEOwHrpZH4?si=FWk6z3ea1J5VNdKF" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen></iframe>supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-7199656263515511002024-03-06T14:50:00.001+01:002024-03-06T14:50:18.955+01:00Lionel Asbo. El estado de Inglaterra. Cuando tienes un garrulo en tu familia no hay forma de deshacerte de él (da igual el grado de parentesco, es tu familia). Siempre estará ahí. Siempre habrá una llamada de teléfono. Siempre habrá una habitación que compartir. Siempre. Siempre. <a href="https://www.anagrama-ed.es/libro/panorama-de-narrativas/lionel-asbo/9788433978806/PN_850">Lionel Asbo. El estado de Inglaterra,</a> es un retrato de un país, pero también de una generación, de un grupo de macarras que, por suerte o por desgracia, siempre están ahí. Y lo mejor es que, de página en página, te sale la carcajada mientras estás leyendo (“profesores; son todos una panda de perdedores”) esta foto con marco de Lionel y de su ciudad, Diston, que describe así <a href="https://salvaj2uan.blogspot.com/2024/02/la-zona-de-interes-novela-de-martin-amis.html">Martin Amis</a>: “Diston, con sus embarazos de colegialas de primaria, sus chiquillos desdentados y sus veinteañeros asmáticos y sus treintañeros artríticos y sus cuarentones lisiados y sus cincuentones demenciados, y sin sesentones”. Ese es el lugar “donde la calamidad hacía su ronda diaria, como los carteros”. Diston, la ciudad, como tantas, con enfermedades carenciales en las criaturas escolares y en la cual “como todo distoniano con la edad suficiente para caminar, Des conocía la existencia de la pornografía en la red”. Y no sólo de los que están en el cuadro, sino de los que están fuera, de los que estamos fuera, de los que estarán fuera desde la guardería: “La postura moderna estándar: caras muy inclinadas hacia terminales de telefonía móvil sostenidas a la altura de la cintura”. Ese tonto con suerte, Lionel Asbo, un Wayne Rooney a todas las luces, y que le pasa lo que a todos los que la loto premia, “que te quedas insensible, ni feliz, ni triste, insensible…”. Y esa insensibilidad, unida a lo hortera y lo macarra, describe muy bien a los que les cambia todo, porque se “sentía absolutamente feliz con el porno”: Y llega el dinero y llegan las avispas revoleteando, y las moscas de color verde metálico (vulgo, las de la mierda) y todo cambia, aunque se mantenga “el andar neolítico”. Lionel Asbo, podría pasar por ser otro animalito en su “zoo de hermanos”, pero ejerce de tío con un sobrino mestizo (“el antihéroe, el contrapadre. Lionel hablaba. Des escuchaba y hacía lo contrario), y todo se complica porque pasar de un piso 33 a una mansión no es fácil (y el ascensor solo subía hasta la altura 21). Lionel Asbo, ser pluricelular que tiene ese lugar en el momento y ese tiempo: “El único momento en que sé que respiro es cuando tengo algún lío de faldas”. Y las peleas continuas, y las entradas en la cárcel, y las viandas de taberna y los chuchos peligrosos que te meten en líos y el material robado y un montón de cosas más. He visto como amigos del colegio emborrachaban a gallinas y como le daban viagra a cerdos para que se restregaran el nabo contra la pared. Algo así es la vida cotidiana de Lionel Asbo, un tipo para el cual “el código penal era el tercer elemento de su trinidad vocacional; los otros dos eran la villanía y la cárcel”. Y hablando de cárcel, “al criminal de carrera no le importaba realmente estar en prisión”. Una buena postal de una sociedad que se fue a la mierda hace mucho. supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-88765553785818306092024-03-04T13:01:00.001+01:002024-03-04T13:01:47.539+01:00Tic-Tac Megacuarenteno<a href="https://megacuarenteno.es/index.html">Tic-Tac Megacuarenteno</a> parece un videojuego de plataformas en el que hay que ir pasando pantallas y mundos, pero siempre hay que pasar al siguiente nivel, a la siguiente misión. Pero no va de princesas ni de otros castillos, va de tiempo y relojes, de globos que pinchan y caída del sistema (nada como una Windows como escapatoria), de pulpos y dragones, de bunga bunga y de minutos que no llegan porque el bicho de turno siempre escapa con el Longines en el pico. Pero siempre hay un recurso a lo quijotesco, a la molinología, que antes o después lo soluciona todo. O casi todo. Coda: Y de lo relativo al castigo hablamos otro día. supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-46864950457837378752024-03-03T16:38:00.003+01:002024-03-03T16:38:18.719+01:00For All Mankind. Cuarta temporada. “La elección de Ícaro no es no vueles muy cerca del sol, es debes tener mejores alas”. Esa frase, del final del tercer capítulo de la cuarta temporada de <a href="https://salvaj2uan.blogspot.com/2022/08/for-all-mankind-tercera-temporada.html">For All Mankind,</a> resume muy bien el espíritu de una serie que siempre va por delante, que te pasa por derecha e izquierda, que se reactualiza en cada entrega, que hace pensar en esa otra frase de ese mismo capítulo una y otra vez: “Para aprovechar el futuro, hay que inventarlo”. Al final, después de huelgas y sabotajes, después de destierros sin vuelta atrás y empresas de farsa, después de reuniones familiares y recuerdos de bombas y emociones, después de ver una oportunidad única, vemos que la humanidad ha determinado que es mejor no llevarse bien, sino simplemente soportarse. Y cuando todo se acaba, por el décimo episodio, el norcoreano le dice al yanki convertido en oso y en líder sublevado, que “las palabras no tienen alas, pero pueden volar mil millas”. Todo es conspiración, todo progreso tiene un precio, todo tiene consecuencias, todo es mentira. Y como en Rebelión en la granja, al final, siempre hay purgas, aunque el último capítulo se llame Perestroika (o quizás, simplemente, por eso).
<iframe width="400" height="335" src="https://www.youtube.com/embed/TNWO64gslUk?si=mjdbis-ObZN97Yeu" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen></iframe>supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-63252471858279770822024-03-03T09:19:00.000+01:002024-03-03T09:19:06.467+01:00Galgos. Primera temporada. <iframe width="400" height="335" src="https://www.youtube.com/embed/_KhFDQ0ZKeM?si=e6KzCmSif4WB4RUn" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen></iframe>
Cada vez que veo a Carmina, la protagonista de<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Galgos_%28serie_de_televisi%C3%B3n%29"> Galgos,</a> me imagino a Carmen Polo y sus collares, y más collares, e infinidad de collares. Cría ratas y se comerán el queso. Carmina tiene secretos, porque casifamoseando, “la gente guapa no tiene valores” (y los “socialmente no retrasados”, menos). En esa colección de ratas, cada una de ellas tiene secretos de alcoba o de fábrica quemada, de consejo de administración de borrachos y con peste a pies, de hijos del pasado y de nietos con nombre raro. El azúcar como nueva droga a prohibir, si es que ya no está hecho. Galgos reflexiona sobre las etiquetas y las acciones, que todas tienen un precio hasta que dejan de tenerlo. El problema de Galgos, quizás, sean las pegas, la de ver continuamente a RB en sus botellas, la de ver al postizo tonto, a la pequeña incontrolable, al yonki metido a lobby, a la que perdió peso como mandamás, al papá consentido, a la vida convertida, de principio a fin, en una canción de Los Chicos de la Tienda de Mascota. Y para mascotas, estos Galgos que van de sucesores y se han quedado, por el camino, entre Abigail y Cristal. supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-37657920445285432024-02-26T08:16:00.002+01:002024-02-26T08:16:54.761+01:00Las despedidasLa velocidad del mundo contemporáneo no nos lleva a reflexionar, o directamente, a reflexionar lo suficiente. Lo suficiente sobre lo que hemos hecho, y más concretamente, lo que podríamos haber hecho con nuestras vidas. Aunque las casualidades no existen, a veces, la vida nos lleva de un pantallazo de colores distintos a un hecho del pasado que nos cambió, aunque no podamos ponerle nombre a ese hecho, a ese pantallazo de colores distintos convertido en vieja televisión en blanco y negro. O no.<a href="https://librosdelasteroide.com/libro/las-despedidas"> Las despedidas,</a> obra de Jacobo Bergareche, nos mete de lleno en el desamor de los ricos que viven esa velocidad del mundo contemporáneo como bestias de safari, sin parar a pensar ni un solo momento en lo que hemos perdido, o estamos perdiendo, o vamos a perder.<a href="https://librosdelasteroide.com/libro/las-despedidas"> Las despedidas</a> pone en sus líneas a nuestra disposición unas biografías en las que hay, como en casi todas, demasiados huecos que rellenar pero que no queremos hacerlo delante de las personas con las que convivimos actualmente. ¿Podríamos contar todo lo que hemos hecho a la persona que tenemos al lado nuestro en el presente? En ese desamor, en esa fotografía de zoo que es nuestra vida, es peligroso pensar en la posibilidad de elegir, en la opción b, en lo que se sale de lo común. El personal piensa que puede ejercer de regalador de consejos (continuamente, en todos los ámbitos de la vida, en la familia, en el trabajo, en el ascensor, en la comunidad de vecinos) y no puede aceptar un no como respuesta. ¿Es posible olvidar esos momentos del pasado que hemos idealizado y ya no volverán? En Casi Famosos se repite aquello de que “la gente guapa no tiene valores” (ni falta que hace, decía el hombre de la camisa verde). Al final, como siempre, es mejor guardar silencio, esconderse, pasar desapercibido y olvidar aquello que nos hizo felices, aunque fuese por unos días. Un buen libro con el traer a la memoria esos instantes olvidados por lo rutinario, porque al final, todo es mentira. supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-14455650102867387962024-02-24T13:10:00.001+01:002024-02-24T13:10:28.871+01:00True Detective 4: Noche polar<iframe width="400" height="335" src="https://www.youtube.com/embed/L08NFyWyV6Y?si=dKZp29eV6oBYfpSI" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen></iframe>
Me dijo el amigo Jesús Megacuarenteno hace un mes y dos días que <a href="https://www.movistarplus.es/series/true-detective-noche-polar-t4/ficha?tipo=E&id=2185633">True Detective 4: Noche polar</a> que “está bien, sale Jodie Foster y es un remix entre La cosa y <a href="https://salvaj2uan.blogspot.com/2018/12/fortitude-tercera-temporada.html">Fortitude</a>”. No he visto La cosa y Fortitude tiene muchos altibajos, pero TD4:NP tiene el problema de las etiquetas. Hay demasiado TD después de la primera temporada de TD. Son otras ligas, o, directamente, otras ligas. No tienen nada que ver, y si tienen algo que ver, quizás se desmerezcan, o no estén a la altura, o no lo entendamos como lo que son o dejan de ser. Dejando atrás las palabras pizzolatianas sobre el final y otras discrepancias, el problema está en las expectativas de algo que lleva esa etiqueta de <a href="https://salvaj2uan.blogspot.com/2019/02/true-detective-tercera-temporada.html">TD.</a> El hombre de la camisa verde hablaba mucho de las expectativas napoleónicas y, sobre todo, de las expectativas de noviembre de 1941. EHDLCV decía que tras ese noviembre, tito Adolfo debió dar un paso atrás, y dejar que los otros se retrataran y aguantar hasta viejecito jodiendo a Blondie y a Eva hasta convertirse en una caja de pino. TD4:NP mezcla noche eterna, investigación, contaminación patrocinada, pétalos de rosa en camas frías, mucho alcohol y mucha mala leche, dolor infinito y demasiados silencios que se distorsionan con pinturas en la cara y marcas en el corazón. Es una buena serie, que tiene demasiados bajones porque el nivel, en esas expectativas, en esas etiquetas predeterminadas, hacen que las retinas vean el producto final con un listón que ni el Dream Team ante una hipotética Yugoslavia en la final del 92 en Barcelona. Siempre será lo que pudo ser y no fue, pero la primera parte contra Croacia también estuvo bien. Ni de etiquetas ni de expectativas se puede vivir de por vida. supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-47512313136650049582024-02-22T21:43:00.000+01:002024-02-22T21:43:41.534+01:00Historial delictivo. Primera temporada. <a href="https://www.apple.com/es/tv-pr/originals/criminal-record/">Historial delictivo</a> es adictiva porque mezcla muchos asuntos y los mezcla bien. En ese cóctel de investigaciones y dramas, de cárcel y disturbio racial, de drogas y quebrantos, de confesiones falsas y mentiras institucionalizadas, nada es lo que parece y todo nos hace pensar que los malos van venciendo, que las redes sociales van ganando, que la escoria también lleva traje y corbata, que las mentiras bien contadas incluso, por momentos, parecen muy reales. O quizás, simplemente, sean reales. Aunque quizás le sobre algún ratito y se ponga, por momentos, melodramática en lo sentimental y familiar, es una historia bien construida y que refleja bien lo que se nos viene encima (o ya lo tenemos encima y nuestro barómetro anda distorsionado). Y hay muchas crisis, “y nunca desaproveches una crisis”. Cuando empiezas a mirar debajo del felpudo de la puerta, solo sale mierda, y en Historial delictivo ese felpudo se ha convertido en pirámide. Pero en esa pirámide “ves lo que quieres ver, como hacen todos”. Y como en cualquier instituto, “por muy en forma que estés los malos siempre tienen 18 años”. No solo físicos, mentales y dogmáticos, también. Un buen ejercicio de reflexión para estos tiempos en los que nos cuesta diferenciarlo todo.
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Comprender o no. Cada vez que me meto en 4º de ESO o 1º de Bachillerato con la II Guerra Mundial, y los totalitarismos, le pongo a los alumnos Hijos del Tercer Reich. Antes o después, con más o menos mouriñismo, llega la pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué esos disparates? ¿Por qué no poner el freno? ¿Por qué no parar cuando la guerra estaba perdida? ¿Era todo delirio? En la página 301 leo: “A fin de cuentas, la otra idea capital de Hitler, la de conspiración mundial de los judíos, parece sacada de un manual básico de las enfermedades mentales: es el primer y más desdichado cliché del esquizofrénico”. Ese “cliché del esquizofrénico” no lo explica todo, pero es esclarecedor. Sigue <a href="https://www.anagrama-ed.es/autor/amis-martin-47">Amis:</a> “En las calles, pues, un antisemitismo de arroyo (o, en le mejor de los casos, esa indiferencia antinatural que apunta Ian Kershaw), y un nacionalismo fulminante, y una docilidad de rebaño acentuada por la intoxicación de masa; en la cancillería, el lento felo de se de una mente que se pudre de poder. Y la locura, si la aducimos como causa (¿cómo vamos a excluirla?), arruina irremediablemente nuestra investigación, porque, por supuesto, de los locos no se puede obtener ninguna coherencia, ningún inteligible porqué”. LZDI etiqueta a sus protagonistas, pero sus protagonistas son cambiantes, porque en su pasado fueron otros, porque Alemania, antes de 1914, parecía ser otra (otra cosa es que lo fuera, o no lo fuera, o dejara de serlo). LZDI habla de política y de Historia, habla de patriotismo y de odio (una novela llena de él), habla de adulterio cometido y sin cometer, habla de pasiones y de exactitud en la cerrazón, habla de testimonio y de homicidios continuados, pero todo estaba perdonado porque el sacramento era el nazismo: “Estoy pensando. ¿Qué es lo que no les hacemos? No los violamos, supongo”. Más: “Cogemos a los más bellos y hacemos experimentos médicos con ellos. Con sus órganos de reproducción. Los convertimos en viejecitas. Y luego el hambre los convierte en viejecitos”. Pero la raíz, eso que mezcla cebollas y patatas antes, mucho antes, de meterlas en el horno, era la que estaba viva, regada y fertilizada: “¿Quién en Alemania no pensaba que a los judíos había que bajarles los humos?”. Sumar (pero sin hablar de tierras fraguistas): “Los judíos tenían que bajarse del pedestal en el que se habían puestos”. ¿Quién los había situado en ese pedestal? ¿Habían construido ellos ese pedestal? ¿Existe el pedestal? “¿Por qué querrías hacerme daño?”. Eso pregunta Pearl Jam en su Animal. LZDI es secreto y poder, es tiempo de guerra y gravedad, es pureza racial porque “la pureza racial equivale al poder racial “. ¿Acaso hay diferencia? Pero luego todo huele. Se pregunta Amis en LZDI (o hace que nos preguntemos, como JF en TD) si el régimen nazi hubiese centrado todo su foco en la guerra y no en lo racial. ¿Qué hubiera pasado? Pone fechas MA, pone días y casi hora. Pero todo ese esfuerzo (inútil), tenía otra finalidad. Quizás era un simple escupitajo en el mar, pero iba más allá del fondo marino. Erradicar: “Es política, Prüfer. Estamos ocultando nuestras huellas. Hasta tenemos que moler las cenizas; en molinos triturados de huesos”. ¿Había necesidad de esos molinos? Decía Manuel Alcántara en su Vuelta de hoja, de vez en cuando, que la mejor manera de contar al personal en las manifestaciones (hoy no vale en los tractores) era contar piernas y dividir entre dos; en LZDI, Amis dice que “el procedimiento más científico, hemos comprado, era contar los fémures y dividir esa cantidad por 2”. Vivan las matemáticas. Sobre los Sonders también deja buenas reflexiones MA en LZDI, o sobre su situación, sus bilis y sus entrañas: “O te vuelves loco en los diez primeros, se dice con frecuencia, o te acostumbras a ello. Podría argüirse que aquellos que se acostumbran a ello, de hecho, se vuelven locos. Y aún existe una tercera posibilidad: ni te acostumbras a ello ni te vuelves loco”. Y los cosméticos y las mujeres y como “en aquel tiempo había millares de hombres que iban del fascismo al comunismo sin reparar siquiera en el liberalismo”. Y esas reflexiones que te llevan a entender un poco ese ambiente (solo un poco), porque “haciendo policías a los criminales: así es como aprietas las clavijas a un pueblo sometido”. Pero después de la locura hay que seguir, aunque no sepas como hacerlo porque tras el desastre “nadie sabe dónde está nadie”. O quizás sea imposible entender y ese esfuerzo sea solo un intento fracasado, un desastre sobre el que seguir investigando: “Más tarde pensaría que las guerras se hacen viejas; se vuelven grises y malolientes y se pudren y enloquecen”. Se ha hablado mucho de “nueva normalidad” tras el covid, pero tras unas guerras todo es distinto: “Fuera lo que fuere, no era la vuelta a la normalidad. No había normalidad a la que volver, no después de 1914, no en Alemania. Tenías que tener como mínimo cincuenta y cinco años para tener recuerdos adultos de normalidad. Pero había algo en el aire, y era algo nuevo”. Un buen libro con el que darle trabajo a la quijotera. supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-72981874391872361922024-02-19T10:36:00.001+01:002024-02-19T10:36:24.951+01:00The Long Shadow. Primera temporada. Salvo por algún momento del inicio que provoca alguna asociación de ideas (siempre lo progre sale por algún lado con Margarita, y la crisis, y la salida fallida de la CEE en los 70’s, y reunir mentalmente crisis y Thatcher),<a href="https://en.wikipedia.org/wiki/The_Long_Shadow_%28TV_series%29"> The Long Shadow </a>es una serie ejemplar. Con los mapas de fondo, con el humo de tabaco suficiente, con los vasos de duralex de toda la vida, con esos jardines impenitentemente verdes y cuidados, con la cerveza y el pub, con la música a otra parte hasta que no vuelves de la otra parte. The Long Shadow es la historia de una persecución, de los altibajos en la misma, del conteo infinito de fallos y víctimas, de los errores repetidos, de las familias de las que nadie se acuerda, del sensacionalismo y la perversión. Días, semanas y años que se acumularon para cazar a un tipo con el que se habían cruzado demasiadas veces. Pero sobre todo es una historia de tormento, porque no hay éxito final a pesar del supuesto éxito final. The Long Shadow es una derrota bien filmada, bien ambientada, bien recordada.
<iframe width="400" height="335" src="https://www.youtube.com/embed/Opod-Itl8Xc?si=jp_Z6xI1dxzyNXqh" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen></iframe>supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-41177416623200129682024-02-16T22:15:00.004+01:002024-02-16T22:15:47.831+01:00Sangre y dinero. Primera temporada. “Esta época es el reflejo de los timadores. Un mundo en el que todo está mercantilizado: naturaleza, clima, todo. Teníamos miedo de poner otro impuesto contra la contaminación. Pensábamos que había muchos, mucho impuesto. Queríamos creer en el mercado, el mercado, siempre el mercado, siempre igual. Creed en sus virtudes. Las cuotas de carbono son el improbable encuentro entre los mercados financieros y el Estado del Bienestar. Y los timadores supieron aprovecharlo. Sabían bien lo que querían”. Estas palabras del cuarto capítulo de<a href="https://fr.wikipedia.org/wiki/D%27argent_et_de_sang"> Sangre y dinero</a> resumen a la perfección el entramado de esta serie, que nos lleva a ese final de la primera década del XXI que mezcló dinero y perversión, pero, sobre todo, avaricia. ¿Qué sería de nosotros sin avaricia? Acumulamos por el simple hecho de acumular, por ese instinto sanguinario que nos lleva al extremo, al límite. Sangre y dinero nos muestra la estupidez gubernamental, la falsedad de las agendas multicolor, la cerrazón de tipos con corbata y señoras de tinte exagerado. Y todo ello poniendo a la familia en su sitio, porque esto va de apariencias, de timo, del tocomocho linamorgiano llevado a un estatus de obra de arte. Pringaos que consiguen, con la ayuda del pringao con coche caro, pringar al gobierno y al más pintado. El principio de Peter hecho capítulos, hecho confesión, hecho especulación, hecho falta personal antideportiva en un contraataque en el que solo puedes defender tú un uno contra cinco. Seres atormentados por el dinero y las hijas, por las esposas, por el trabajo y por estar casados con su profesión, ya sea por robar o por investigar o por seguir robando. “La fe suele viajar de incógnito”, se escucha, entre olivos y viñedos, decir a un judío con camisa arrugada verde en un Tel Aviv en el que se conviven franceses con delitos y perras. Sangre y dinero es metáfora de la podredumbre que la tecnocracia de universidad y apellido ha llevado a ministerios y que permite lo que no se puede consentir. Pero hay que llamar a las coas por su nombre: “El capitalismo es la libertad de un zorro libre en un gallinero libre”. La variabilidad de zorros y gallinas, y la ecuación correspondiente, nos lleva a pensar en que esto no tiene solución porque todo es mentira. El timo ecológico, hecho despensa y plato, convertido en el pan nuestro de cada día, en trigo sarraceno metido con calzador, en avena integral, en el todo sin azúcares añadidos, ha sentado cátedra y el robo ya está, como la muerte en la Edad Media, institucionalizado: “Timadores ecológicos… Eso es nuevo, ¿no?”.
<iframe width="400" height="335" src="https://www.youtube.com/embed/Byk2uUPB-ZY?si=n_nN0K135sfRCRzr" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen></iframe>supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-26223735641485389742024-02-04T00:08:00.000+01:002024-02-04T00:08:14.752+01:00Lawmen: Bass Reeves. Primera temporada. En la ficción, ahora que toca inmediatez y desgarro, ahora que toca lo rápido, está bien (por probar, por cambiar, por hacer un piscinazo a lo Jordan Poole), de vez en cuando, disfrutar con la dieselización de la ficción, del relato, de la historia. En su primera temporada,<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Lawmen:_Bass_Reeves"> Lawmen: Bass Reeves</a> nos muestra a un tipo negro, que lleva las riendas con su mano izquierda en su caballo blanco cuando todavía tiene frescas en su espalda las señales de los latigazos. Y lleva la estrella en su pecho, o se hace con ella, o se la meten con calzador porque hay tipos que necesitan calzador para muchas cosas. Bass Reeves es un tipo atormentado porque la tormenta, entre versículos bíblicos, vive en él. Bass Reeves es un personaje del Antiguo Testamento, que lo mismo te suelta un arrebato (“la muerte es la única luz en esta oscuridad”), o se toma la justicia con su rifle o es un creador todopoderoso de un equipo numerosísimo con su prole que va creando en cada visita a casa (suma y sigue, como si de una buena estadística de baloncesto se tratara). Pero en ese universo de texto celestial, aprendemos que “ningún rey construyó su reino solo” (faltaría más, pijo); aprendes que en este confesionario continuo que es la vida, solo falta la puntilla porque “aún luchas con la religión que te adoctrina para mantenerte débil”; aprendes que “el cielo está lleno de asesinos”; y aprendes que “hasta que Dios diga lo contrario, yo soy la única ley aquí”. Con esa estética de que va a ocurrir lo peor en cualquier momento, nos queda claro en todo momento que “los panfletos y las metáforas no aran campos”. En la vida nos toca aprender, y aprender, y volver a aprender luisaragonesizados todos, porque “cada día hay una lección, y todas son difíciles”. O imposibles. Y estamos perdidos, sin brújula, y aunque lo intentemos, no somos conscientes de que “la confusión no es una buena defensa". Nunca. Pero ese estómago, con telarañas, hay que llenarlo, y “la paciencia no nos va a dar de comer” (y tampoco es, la paciencia, un buen método ante una zona 2-3). Ya toca asumir lo que no siempre está en nuestra mente, que “solo existe un paraíso y no está en la tierra”. Odio, miedo y la eterna pregunta que nos hacemos en misa los domingos, o que no queremos hacer en misa los domingos entre cantos argüellianos: “¿Nunca has pensado que Dios es creación nuestra?”. Una buena serie con la que volver, sin pasión, ordenadamente y sin aspavientos, a Levítico 26, 6: “Y yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá quien os espante; y haré quitar de vuestra tierra las malas bestias, y la espada no pasará por vuestro país”. Pero nos siguen faltando espadas y sobrando bestias. Demasiadas bestias.
<iframe width="56400" height="335" src="https://www.youtube.com/embed/x3XFsQEoJZI?si=ODFSabtnB01HKw3Q" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen></iframe>supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-25242744775002644532024-01-25T13:31:00.001+01:002024-01-25T13:31:11.086+01:00The Newsreader. Segunda temporada. <a href="https://salvaj2uan.blogspot.com/2022/04/the-newsreader-primera-temporada.html">The Newsreader</a> vive entre el nerviosismo continuo de los protagonistas y un miedo constante a lo próximo, a lo inevitable, a lo electoral y al chismorreo. Con ese ritmo entre el descenso de un puerto del Tour y los silencios y las miradas de la pareja que lleva el peso del tinglado argumental, empieza con un doble baño electoral que no deja aliento. Una historia bien construida con personajes sólidos, sin fisuras, realizados con precisión de arquitecto. Y esas historias de la tele dentro de la tele dan mucho juego si están a la altura de las mejores finales del Open de Australia. Y esa lucha entre lo que se puede contar o no; entre lo que no se debe contar o sí; entre lo que nos salpica de forma directa o, únicamente, a través del espejo. La sangre no siempre nos toca igual, y, lo que dicen de nosotros, tampoco. The Newsreader nos lleva a la desconfianza que tenemos (hasta sobre nosotros mismos), sobre nuestros jefes, sobre los que nos rodean y sobre los que comparten nuestro manicomio particular, sea verdadero ficticio, sea de índole afectiva o mental. Pero todo es contrapartida en la vida: la familia, los falsos sentimientos y las puertas que se abren sin permiso. Del cotilleo al control editorial solo hay una pieza en ese puzle que no falla en el resorte: el dinero. Ahora que todo es publicidad institucional, nada como recordar las crisis, los colapsos y hasta el Viernes Negro de 1987. Todo es mentira, y nada como hacerlo a la cara de los que supuestamente nos tutelan, o nos quieren, o comparten ADN con nosotros. Pero en la doble visión nocturna, la que no vemos porque no queremos y la que intentamos que otros vean, aunque no quieran, hay venganza. Mete, entre calzador y enfrentamiento, el asunto de lo aborigen que ahora todos los lumbreras sacan a relucir (no hace falta ser ministro, ni buscar un museo cerca). Y, como no podía ser de otra cosa, los jaleos de la monarquía británica. De todo hay en la Asia Austral. Drogas, presión familiar y más alpiste para el alpiste. De todo en la viña de The Newsreader, incluso en ese aspecto tan edificante como el falso corporativismo del periodismo, un nido de víboras que vende a su madre, a su padre y a la niña yonki al mejor postor (o postora, o postore, o Pastore, que iba para estrella del fútbol y se quedó por el camino). Y como todo es mentira, siempre se puede apuñalar antes de que te apuñalen. En cada capítulo deja alguna perlica The Newsreader para que sigamos pensando que hay esperanza cuando no la hay. Y Sabonis si que era una amenaza para Seúl’88, aunque el peinado de Pat Cash era manifiestamente mejorable. Mucho.
<iframe width="400" height="335" src="https://www.youtube.com/embed/keGA-WYqn9E?si=9gRiDdGUfFY8XesG" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen></iframe>supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-59158422952370014852024-01-21T19:48:00.003+01:002024-01-21T19:48:31.728+01:00El otro lado. Primera temporada.<a href="https://elotrolado.movistarplus.es/">El otro lado</a> es una historia de fantasmas. De muchos fantasmas. Pero sobre todo de fantasmas contemporáneos. El fantasma contemporáneo, el fracasado, que por no saber, no sabe ni quitarse de en medio; que aspiraba a estrella y se quedó en meteorito; que no tiene vida más de allá de mirar su ombligo y su triste existencia, recibiendo a escondidas dinero de su madre bajo el tupper de la pechuga empanada. También está el fantasma del personaje del éxito televisivo, en el que se confunden, con mucho acierto, Nacho Vigalondo e Iker Jiménez, y que se retrata a la perfección el traje oscuro de siniestros personajes que lo mismo hablan del tiempo, de política, del último poltergeist o de la complejidad de la llegada del gas ruso a Alemania; ejemplo hiperclásico de Principio de Peter que vemos, una y otra vez en los medios de comunicación tradicionales. Además, nos encontramos con la madre que sufre, y no solo por la atemporalidad de su escote, sino por lo raro que la rodea (que es todo, y mira que se acumula lo freak en torno a ella conforme avanzan los capítulos); se puede escribir mucho sobre lo bien que lo hace María Botto, con su indumentaria de vestido corto y deportivos con calcetines tobilleros, pero el zoológico que la rodea no tiene fin. No puede faltar el fantasma de verdad, el muerto que no para de aparecerse (o aparecérsenos) cada día en el momento más insospechado, para ayudar o para joder, y en el que Buenafuente saca al verdadero Buenafuente, al del principio, no al que al final era una bucle repetitivo de desazón contemporánea con traje negro, como si un Vigalondo o un Jiménez fuera. Se suman los fantasmas del revuelo, los que acompañan a los fantasmas anteriores y que no se sabe si dan pena, tristeza o, directamente, llevan a la melancolía. Y hay hechos del pasado que son fantasmas perennes, los que nos acompañan en la memoria o en una cinta VHS pero que siempre están ahí, justo. Lo mejor son los chascarrillos, que por repetitivos no dejan de hacerte de hacerte sonreír. Pero el mundo sigue, como El otro lado, lleno de buenas intenciones.
<iframe width="400" height="335" src="https://www.youtube.com/embed/lwSeCM364MA?si=oQLEutbw9s0yP3co" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen></iframe>supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-3351626402814714332024-01-20T07:54:00.003+01:002024-01-20T07:54:38.751+01:00Billions. Séptima temporada.Hablemos un rato de piedad. O no. Hablemos de dolores que se alargan innecesariamente. Hablemos de aquellos jugadores que hicieron dos cursos espectaculares y dos penosos. “Todo falló cuando los políticos empezaron a escuchar a la gente. No a gente lista ni preparada. A la gente”. Los padres fundadores, la democracia, la república. “Soy la decisión”. Pero muchas veces, esa decisión, en la que todo es mentira, es la equivocada. Julio Iglesias ha quedado reducido a música de restaurante, pero las decisiones, como las apariencias, antes había que guardarlas. <a href="https://salvaj2uan.blogspot.com/2022/04/billions-sexta-temporada.html">En Billions</a>, no siempre es así. A veces, sin subfusiles, pero con mucha comida china, ocurre. Haga llegar su mensaje y veremos la correspondencia. Siempre es posible descarrillar: “Siempre hay hombres fuertes”. O no: “Quizás no sea tan malo el grito de guerra del vencido”. La diferencia es constante. Hágase querer por un gesto afirmativo, “pero cuesta vivir sin luz solar”. La seguridad no va con nosotros: “No hay nada más peligroso que un hombre que cree que siempre tiene razón”. Viva ese “fango cortoplacista” desde el que no podemos escapar. Y si Cuban aparece (y no es El Séquito), por algo será. O no será. ¿Hilter? ¿Munich? ¿1929? “Si pienso la palabra mamada, quiero poder decir la palabra mamada”. Más: “La calle es hoy una puta guardería woke”. La colección de frases que nos deja Billions en esta séptima temporada no deja indiferente fen ningún capítulo, aunque el inicio es vertiginoso. London Calling. Y de los Clash a los Ramones, y tiro porque me toca, (con foso en el castillo, por supuesto). Y ese camino, el de las candidaturas, es tortuoso y con la voz de TT, más todavía, porque “ser candidato exige aguantar humillaciones a patadas”. Nostalgia al poder, siempre que se disfrute. Viva la incitación a la ira (o a lo que llamemos ira en la tercera década del siglo XXI). ¿Cómo será sentirte “teológicamente contemplativo”? Cágate en el pecado original y todo lo demás será chufla (vulgo, mundo de pecadores). Y la arbitrariedad del “médico, cúrate a ti mismo”. Y no únicamente a las 9 de la noche, ya es de mala educación llamar casi a cualquier hora (o momento), y creer que todo es mentira cuando preparan tus exequias aún cuando estás con los ojos como platos. “No hay conversación más aburrida que aquella en la que todos coinciden”, por eso, precisamente, para evitar la coincidencia, está Billions. Reputación, ego, codicia, miedo y esas palabras que salen en las reuniones de personajes con corbata y traje ceñido: “¿A cuánto se cotiza un alma?”. Y Kareem hablando del crimen que supone “malgastar lo que tenemos”. Quizás el deber sea esperar, pero “la vida es muy breve para soportar un mal café”. En Billions todo es “desastre o momento decisivo”, pero la miopía de lo inmediato nos lleva a ser diseccionados por los de nuestro mismo oficio, por nuestra propia especie. Aviones y retos meteorológicos, amistades puestas a prueba por tormentas políticas y persecuciones. El ombligo del candidato tiene demasiadas pelusas (pelusas ricas, pero pelusas). La culpabilidad y las circunstancias, la ansiedad y el fracaso inmediato. Hágase querer por los lazos que desunen. Equipos rotos. Cicatrices de oro. Misiones que dejan sin hábito a De Niro, porque “cuesta avanzar hacia la presidencia vigilando siempre las espaldas”. Pero “una muerte limpia puede complicarse”. Juega Billions a lo del Orient Express, pero el TAV puede descarrilar. O no. Y resulta que, “en política, solo hay muy tarde o muy pronto”, y se nos ha hecho tarde para eso. O puede que tampoco. En esta colección de Judas, ha sobrado azúcar al final (vaya sucesión de abrazos), pero siempre sacamos algo en claro: no dejar vivos a los enemigos. “Los finales son siempre duros: siempre queda alguien insatisfecho”. Pues eso pasa con Billions, que deja una sensación de desazón, de insatisfacción, de colección de cromos caídos de una superbanda que se reúne para una gira de despedida, pero a la que han ido abandonando hasta los fans más incondicionales.
<iframe width="400" height="335" src="https://www.youtube.com/embed/hm4tSDlBqyU?si=4-0hl5pYyUU48PIw" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen></iframe>
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supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-16734516962263709522024-01-12T17:45:00.000+01:002024-01-12T17:45:46.900+01:00MANIAC<a href="https://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/maniac/9788433911001/NH_723#:~:text=Un%20inquietante%20tr%C3%ADptico%20sobre%20los%20sue%C3%B1os%20del%20siglo,matem%C3%A1ticas%20hasta%20los%20delirios%20de%20la%20inteligencia%20artificial.">MANIAC</a> te lleva a la locura (vulgo, Matemáticas), con la historia de matemáticos y jugadores de Go que, a su vez, vuelven una y otra vez al redil de las maquinitas y las locuras: “La matemática era -al igual que casi todos los avances modernos- hostil a la vida”. La historia de John von Neumann es atrayente y, a la vez, repulsiva, porque, como pasa con todos, “en este mundo solo hay dos tipos de personas: Jancsi von Neumann y el resto de nosotros”. He de reconocer que me ha gustado menos que<a href="https://salvaj2uan.blogspot.com/2022/03/un-verdor-terrible.html"> Un verdor terrible (</a>eso ya son palabras mayores), pero es que el listón estaba muy alto (y no me refiero al de la “cítrica limonera”) de la que hablaba el hombre de la camisa verde. Pero desde el principio, Labaut se empeña en meternos en un mundo cerrado, el de unos geniecillos locos que vivían para el avance y el ombliguismo, sin pensar en las consecuencias. Y no tiene problemas BL en repetir la palabra luciferino de vez en cuando: “Ese chico luciferino nos cayó encima al igual que un meteorito, como si fuese el heraldo grandioso y terrible, uno de esos mensajeros celestiales que merodean por la oscuridad de nuestro Sistema Solar, y que la gente supersticiosa siempre ha asociado con grandes calamidades, desastres y plagas”. Todo es matemática en la Historia porque “los resultados de los conflictos dependen de cálculos matemáticos”. ¿Alguien puede poner en duda estos postulados? Labaut nos mete en la postguerra del segundo gran conflicto, en la que la búsqueda de la destrucción total no era sino una obligación aún mayor. Y puesto a jugar, tocaba mirar para otro lado: “Así que nos comportamos como niños e hicimos lo que ellos hacen mejor que nadie. Pretender que nada estaba sucediendo para seguir jugando. El mundo tendría que salvarse a sí mismo”. Labaut habla de las matemáticas como sentimiento y sensación, pero también como fanatismo, aunque “descubrir cimientos es peligroso”. Pero MANIAC no va solo de descubrir cimientos, sino de volarlos, de destrozarlos, de empezar de cero una reconstrucción después del holocausto total. Y en esa ecuación, von Neumann estaba “tan acostumbrado al privilegio que nada salvo lo mejor era suficiente”. Y puestos a imaginar lo que no concebimos (por falta de talento), BL nos muestra a ese ser que no paraba, mente inquieta, cerebro privilegiado: “Su productividad en Alemania resultaba aterradora. Más que un ser humano, parecía una máquina que fabricaba artículos”. Pero Alemania cambió con los nazis, o los nazis cambiaron a Alemania, o los que votaron a los nazis hicieron que nada fuera igual (no se podía esperar, ¿no?), y, por ello, “teníamos que disfrutar de Alemania, hasta el último segundo posible, ya que tenía serias dudas de que quedase algo que disfrutar una vez que los nazis acabaran con ella”. ¿Cómo saberlo? No se podía saber, se podía intuir: “Una verdad indemostrable es la pesadilla de un matemático”. Y puestos a llegar al límite infinito, “la paranoia es una lógica salida de control”. Sobre el nazismo, escribe BL: “La confirmación más cruda de su desencanto total con el ser humano, la prueba definitiva del poder incontestable que la irracionalidad ejerce sobre nuestra especie”. Y no todo el mundo sabe respirar después de que muchos, de golpe, dejen de hacerlo: “Sobrevivir cuando otros han muerto le parecía una desgracia, una vergüenza inconfesable, y esa culpa por el pecado de vivir se sumó al recuerdo del sinnúmero de de pequeñas humillaciones que había tenido que soportar. Porque antes de la muerte siempre hay humillación”. Y en la construcción del nuevo horror (siempre hay uno nuevo), “es imposible predecir las consecuencias y las aplicaciones prácticas de las ideas y los descubrimientos”. El posicionamiento, que decía el hombre de la camisa verde. La perspectiva. Ese momento: “Al mirar atrás, al pensar en lo que hicimos, la gente asume que todos éramos monstruos o locos. ¿Cómo pudimos traer esos demonios al mundo?”. Pero en ese desarrollo, tenemos que saber buscar el equilibrio (y no solo en baloncesto, Monsalve): “Y muchas veces las cosas más letales, aquellas que poseen el poder suficiente para destruirnos, pueden ser, con el paso del tiempo, los instrumentos de nuestra salvación”. Nos hace pensar MANIAC sobre lo que podría ser inevitable, sobre los recursos que utilizamos equivocadamente en errores manifiestos, en rémoras para un futuro imposible: “Si los físicos ya habíamos conocido el pecado, con la bomba de hidrógeno supimos lo que era la perdición”. Solo intentar pensar en multiplicar por 500 lo sucedido el 6 y 9 de agosto de 1945 da miedo. Y pocos años después. E inventar lo que no existía. De eso va MANIAC. De creer en lo imposible: “Los hombres de las cavernas inventaron a los dioses –me dijo–. No veo nada que nos impida hacer lo mismo”. Y apostilla BL: “Una máquina sin conciencia solo puede aumentar el ritmo de nuestro progreso (o acelerar nuestra caída) pero nunca guiarlo”. Y en esa pregunta de inacabable final sobre la IA, Labaut nos da su punto de vista: “Es un porvenir que inspira terror y esperanza. Algunos creen que hay que recibirlo con los brazos abiertos, mientras que otros piensan que debemos resistir a ese sueño alocado y a asegurarnos de que la Caja de Pandora se mantenga cerrada”. Un magnífico libro pero del que esperaba muchísimo más.
supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-25616450800650832612024-01-08T20:45:00.000+01:002024-01-08T20:45:09.343+01:00Slow Horses. Tercera temporada<a href="https://salvaj2uan.blogspot.com/2023/01/slow-horses-segunda-temporada.html">Slow Horses,</a> con sus disparos y sus carreras, con su inmediatez que no deja respuesta, supone aire limpio… desde una ciénaga. Está bien, otra vez, eddievedderianos todos, “tragar veneno hasta inmunizarnos”. Porque de eso se trata. De tragar. La vida, digo. Tragar, tragar, y volver a tragar. El problema es dejar de tragar. Alguna vez, con lucidez taciturna (y de la otra), digo de pensar (a los alumnos). Es difícil. Digo de dejar de pagar (todos a la vez), facturas; de sacar dinero del banco; de dejar de ir al IES (¿qué pasaría?). Los caballitos que no van al trote, ni corren, o son del Real Murcia, buscan un plan B. El plan b es un lugar con cajas llenas de lo que llenaba el hijo de la dama de la basura en Murcia, y, si encontramos algo, seguir buscando en otro sitio. O no. Como todo es mentira, mejor es no creer. La tercera temporada de Slow Horses, pone más velocidad al asunto, más mala leche, más sanguinario el momento de matar. Pero es lo que hay, que siempre lo recuerda Joe Crepúsculo en Baraja de cuchillos. O tampoco. En ese deseo perverso (carlosberlanganiano) continuo de llegar al extremo, al límite, Slow Horses siempre es un plusmarquista ejemplar, un verano de entrenamiento, una dieta que cumplir con ropa vieja (o, directamente, sucia). Un show, una escena detrás de otra (rápidas, lentas, y, sobre todo, medio tiempo). Pero no solo es la velocidad. Es el chascarrillo de palillo en la boca, de patata en la escalera, de invitación de abandonar el taxi en el que te subes (nada como no querer a nadie). Si lo de Chernobyl fue una prueba, Slow Horses es el penúltimo test para detectar narcisistas de panceta,, ideólogos del fin que se merecen. Larga vida a los caballos lentos. supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-34926049242305460812024-01-04T22:40:00.001+01:002024-01-04T22:40:36.709+01:00El desierto blancoAl empezar a leer <a href="https://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/el-desierto-blanco/9788433918499/NH_724">El desierto blanco</a> de Luis <a href="https://salvaj2uan.blogspot.com/2021/03/el-ano-del-descubrimiento.html">López Carrasco</a> no sabía si estaba en un discurso, en un sermón o en simple (bueno, no tan simple) retrato generacional: “El resto de nosotros cumplía con la limitada gama de recursos estéticos que caracterizaba en aquellos años al universitario con inclinaciones culturales y presumible vida interior: entre la trenza y las gafas de pasta, entre las botas de montaña y el piercing”. Y en ese retrato, o sermón, o discurso, LLC añade: “Una tierra de nadie, por así decirlo, entre Ingeniería de Montes y Bellas Artes”. Empecé EDB entre paseos y sueños de mi hija por las calles de Murcia, de pie y buscando silencio en calles que no fueran frías. El libro, pese a un inicio brumoso, se va enderezando conforme va a lo sentimental y lo más cercano (y en alguien que utiliza Mesolítico en vez de Eneolítico lo tengo favorablemente en cuenta). Es una obra que hace pensar, y mucho, porque “el cerebro es perfectamente capaz de conjugar escenarios mentales aparentemente inconciliables”. También habla de becas, de ZP, de bienios ultras y mucho de lo que vendrá, o que creemos que vendrá, y del barniz que le ponemos a todo para no llamarlo por su nombre: “Envolvieron la ciudad en un brillante papel de regalo y desde ese momento no pudo ser otra cosa más que un regalo a nuestros ojos”. No pasé del primer capítulo de Perdidos, pero el guiño (o la etiqueta que se le ponga) a la serie nos hace pensar en el encierro y la evasión, en la espera. Pero como en la ciencia ficción, no queremos crecer, no queremos obligaciones (“quiero la menor cuota de responsabilidad en mi vida” decía Kevin Spacey cuando era respetable y se le podía citar, en American Beauty) porque las obligaciones son preocupaciones (y berrinches, y disgustos, y pesambres). Subraya el autor palabras para definir situaciones (“se movilizan nostalgias imprecisas cuando descubrimos un paraje que nunca más en nuestra vida vamos a volver a visitar”) y subraya también momentos en los que “lo extraño pasa a ser algo propio”. Pero de la noche a la mañana, nos cambia todo y solo queda apechugar (o tragar anfibios) porque “los seres humanos podemos convivir con lo impensable con una rapidez sorprendente”. Siempre le digo a mis alumnos (cuando tengo alumnos que me escuchan, que no siempre pasa), que escuchen mucho a los mayores, y aprendan de ellos. También LLC deja frases sobre el asunto, “porque rodearte de viejos, envejece”, pero yo sigo aprendiendo. Lo que más me ha gustado son las reflexiones sobre la familia (incluida la política) y el arte epistolar vía correo electrónico. Cuando he tenido tiempo en la vida (cosa que ya no ocurre), el diario era una opción para no olvidar, porque nos olvidamos de casi todo antes o después. Escribe LLC: “Para algunas personas recordar es sumar imágenes, pero yo creo que recordar emociones”. Aparecen también la tristeza (también sonora), los lugares sin nombre y el recuerdo a la época estival: “Los veranos eternos y despreocupados habían dejado de ser un refugio para convertirse en un estorbo”. Como buen libro del XXI aparece el pánico (“los miedos deben ser contemporáneos”), lo ficticio e imaginario (“la distopía siempre es reaccionaria”) y algunos diálogos absurdos que pueden ser entendidos como homenajes o, directamente, no se entienden. Y esos encierros de la gente que no es vieja ni joven, que vive con dedicación a “pequeños rituales, intentando también no ser esclavizado por ellos”. Y un asunto recurrente en EDB es el cuestionamiento de la identidad burguesa, de sus límites y de esas preguntas que hay que hacer antes o después: “¿Hay historias de fantasmas en sociedad dónde no existe la propiedad privada?”. Cuando tomo en brazos a mi hija de seis meses y pico en la sala de estudio, le enseño los libros que he leído, y le hablo de ellos, y también de los que he empezado y no he terminado, porque es un ejercicio de recuerdo, para evitar esa realidad de la que habla el autor y que todo no sea “aburridamente predecible”. Y no hay que conformarse, que “el mundo reserva una especial crudeza para castigar a los confiados”. En definitiva, El desierto blanco es un libro que va a más conforme avanza en sus páginas y que llega a tocar el elemento sensible que todavía nos queda. O debe quedarnos. supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-34179244696529606922024-01-04T17:17:00.003+01:002024-01-04T17:21:49.867+01:00El ojete pelao<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiv9Lan9GP8isR5HdAFxxTYTq-WSWkbBzDYZo05A_9gWSqoTsfhKhYyD9E7Yhak9jyYhXu6cR0huhXc_r9tm5FuatsMBBzyHRB0MfrhrlAGgRtX05suoh9uHOWqew9MPyfG6JDZW3CL_Xtgo3po19Jhtkv1vNFxBs4UMP9_FfZ3QvNHb_UaSvwb4JFgd2a0/s562/eop.jpg" style="display: block; padding: 1em 0; text-align: center; "><img alt="" border="0" height="400" data-original-height="562" data-original-width="397" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiv9Lan9GP8isR5HdAFxxTYTq-WSWkbBzDYZo05A_9gWSqoTsfhKhYyD9E7Yhak9jyYhXu6cR0huhXc_r9tm5FuatsMBBzyHRB0MfrhrlAGgRtX05suoh9uHOWqew9MPyfG6JDZW3CL_Xtgo3po19Jhtkv1vNFxBs4UMP9_FfZ3QvNHb_UaSvwb4JFgd2a0/s400/eop.jpg"/></a></div>Le he puesto alguna pega al amigo Jesús por <a href="https://megacuarenteno.es/publicaciones.html">El ojete pelao</a> (alguna tilde, alguna ausencia numérica). Por lo demás, hay que valorar el esfuerzo y el que trabajo que hace para publicar tan bien (y encima, con tanta frecuencia), sus tebeos. Aparte de la identificación momentánea que tengo con el protagonista en su visita barística (“con lo que yo he sido”, “¿Será posible? Ya ni desfogarse uno un ratico puede”), me gusta ese tema central del cómic: el ascenso, caída y resurrección del héroe. Pero es que todos tenemos mucho ego, aunque no lo reconozcamos en público o, directamente, nos esforcemos en esconderlo. El ojete pelao pasa por lo que pasamos todos: “Quizá me creí un ser superior por tener un don”. Ponga en don, o sustituya, la palabra que quiera, o el verbo que más utilice, o la virtud de la que se sienta más orgulloso. Y apostilla Jesús, o El ojete pelao, o cualquiera de nosotros: “Pero siendo estrictamente sinceros: ¿Qué artista no se cree de alguna manera singularmente esencial?”. Aunque el mago Ceferino no le da migas a EOP, siempre salimos de página por muchos secuaces del mal con los que nos enfrentemos. Estilísticamente, me gusta el contraste de colores en los juegos de páginas y, más aún, el doble juego en los textos (“aahh, este es el fin, acorralado contra el borde de una viñeta”). Para los que tenemos poquísimo tiempo para la lectura, se agradece el ritmo y la brevedad (no digo el número de páginas, que es demasiado explícito). Yo hubiese dado otra respuesta a esa fotográfica pregunta del “¿Y a mí que?”, pero parece ser que existen las segundas oportunidades, el perdón y las reconciliaciones (ahí, justo ahí, sobró un poquito de azúcar moreno, Jesús con tilde). Quizás no siempre prestamos la suficiente atención a las moralinas que viven en color (“por más desesperados que os encontréis, no perdáis la esperanza, porque siempre hay un caminico oculto entre las matorrales por el que seguir adelante”), pero siempre vienen bien las revoluciones en colores. Un buen trabajo el de Jesús, es creador sin tildes en sus apellidos. supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-6518529047940499962023-12-31T09:53:00.005+01:002023-12-31T09:53:41.566+01:00Hágase querer por unas nieblas<iframe width="400" height="335" src="https://www.youtube.com/embed/Q11FYsqJPJY?si=eOWW0BKenfD9WD9q" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen></iframe>supersalvajuanhttp://www.blogger.com/profile/09279461828146186671noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2105789319790947810.post-28613643810593558812023-12-29T08:13:00.003+01:002023-12-29T08:13:40.155+01:00Los Farad. Primera temporada. <iframe width="400" height="335" src="https://www.youtube.com/embed/TVwl16qZAhY?si=9D2rjE2ZEfGeBKT_" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen></iframe>
<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Los_Farad">Los Farad,</a> como buen cuento de licuadoras e intermediarios, va de reputación. De las que se van al carajo rápidamente, con el ajo suficiente puede estar bien pero, si te pasas un poquito, ni una canción de Julio Iglesias lo arregla. El ascenso está bien cuando pasas del Renault 18 al Rolls Royce y no hay daños colaterales. Pero cuando si hay consecuencias, el torbellino no para y las motos de cilindrada pueden derrapar. Emprender hasta encallar, porque siempre hay alguien más rico, o más timador. Sorprende en Los Farad que parece que nunca hay secretos y “el capitalismo siempre paga mejor”. Y, además, “la gente sensible, piensa”. Tiene un aire de Narcos con imágenes castristas que vuelven a hacer pensar, esta vez, en afeitarse la barba (y decir angolanos en vez de angoleños). O dejársela más larga: “Si tu quieres ganar la Guerra Fría, empieza por alimentar bien a tu gente”. Y viva el jamón y adiós a la mortadela búlgara (la de Bulgaria, no la de Valencia capital Bulgaria). Ideologías que no se entienden para vender armas. Y todo lo demás, como conseguir un continente “sin viejos ni gordos”. Y las cacerías, y el napalm, y el pasaporte diplomático, y el Yemen que haga falta y el Menotti que llegó al Atleti en el momento equivocado. Y Saddam, y Reagan (momento surf), y Jomeini, y no preguntar el precio del yate y esa Marbella convertida en casa de putas internacional. O casi. Aunque se les va la mano con el cansino intento repetitivo a lo Top Gun (la moto, la chaqueta, los viajecitos) Los Farad se hace huecos, entre codazos en la zona, entre la inmensa cantidad de ficción que existe. O que parece que existe, porque Fukuyama nos trajo algo que nunca existió. O dicen que existió.
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