Me acabo de tragar un partido en alemán en la DSF. El España-Suecia. Gracias a la TDT me quedo sin oírlo en cristiano. Para recuperarme, he repetido varias veces El Imperio contraataca de los Nikis. Eso es música. Y no son fachas como mucha gente se creía. Hablan de 1582, del Imperio, de los Austrias y los Borbones. Y de un partidazo, de la semifinal de Los Ángeles 84 de baloncesto entre España y Yugoslavia. La Yugoslavia de Petrovic. Pero como dicen Los Nikis, “seremos de nuevo un imperio”. De lo mejor de este país (los Nikis, digo, y aquella generación de la plata, como la que tenemos ahora con la del ochenta).
La bebida del día ha sido el zumo de naranja. Una bajeza a estas alturas. Sin comentarios ni links. Una vergüenza, lo dicho(a lo mejor… si fuera azul).
En este enero esquimal de 25º a las 3 de la tarde y 2º a las ocho de la mañana, recuerdo una frase de un libro que me regalaron en el julio esquimal de 2007 (no confundir con el mágico agosto esquimal, de Maga, que podéis escuchar en su myspace). Es la siguiente: “Adoro los placeres sencillos. Son el último refugio de los seres complejos”. Aunque en la siguiente página había otra mejor: “El pecado es la única nota de color que queda en la vida moderna” (extraídas de El Retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde). Pues eso, zumo de naranja.
Pues digo yo que si en vez de zumo,haces una mezcla con piel de naranja española,cardamomo de sri-lanka y 2 o 3 chorradas más...acabas bebiendo Seagrams,que según tengo entendido nada tiene que envidiarle a la azul....habrá que probarla.
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