Una de chinos en devaneos.
La canción del día viene de Mallorca, y de África. Felicitamos a Eto’o con la canción que le hizo La Granja.
Fuera la usura, dijo Gaspar.
Lo que faltaba en la universidad. Turca.
Y un poco de contracultura, de Grateful Dead. El Truckin’ es una buena muestra. Viva Jerry García.
Y los Jefferson Airplane, por partida doble.
La foto es del Carnaval del año pasado. Sin comentarios.
Otra de Uebos, nº6, enero 2006:
Visita al cementerio
Las ideas vuelan en una emboscada, tiraremos piedras contra mis ventanas
Duplex,
Escalada
Intenté parar la situación.
Intenté repetir las mismas preguntas
de siempre. Intenté recrearme
en un pasado inexistente en
el que todo era absolutamente
perfecto, entre suspiros y simetrías
de origen. Intenté apacientarme
pensando en recuerdos de
otras vidas maravillosas, pero sé
que mis intenciones son otras.
Intenté llorar con una cebolla
entre mis manos pero era imposible
(no sabía llorar, no sé llorar).
Intenté hacerlo fácil, reconociendo
cuerdas y vigas, y cocinas
que giran (¿o el que giraba
era yo?). Intenté, de hecho, sentir
algo (no sabía mentir, no sé
sentir, ¿tendré sentimientos?).
Intenté, rápidamente, sumergirme
en un amor deísta, porque, como
siempre, Dafne tenía un 50% alcanzable
(aunque parezca que
nunca mira hacia atrás, sí que lo
hace, aunque con un dolor profundo).
Intenté recordar el reflejo
de tus ojos en el cielo. Intenté
tenerte sin poder tenerte, entre
botes de ceniza, entre aguas sin
cristal, entre criptas de metal,
entre oídos radiactivos que imploran
tu imposible vuelta.
Intenté buscarte, entre los sentidos
olvidados, entre tactos
desplazados, entre almas de goma
y revólveres mágicos. Intenté no
dudar, y ver la claridad, pero
algo me retuvo. Intenté llegar a
ti, pero no pude regresar, no pude
ver tu castillo enrejado, tu floreado
jardín, tu foto del pasado,
tú. Intenté estallar, y casi lo
hice, aunque, en verdad, muchos
piensan igual. Intenté rezar por
mí, y por ti, pero no. El pasado
uno de noviembre (millones de
veces) intenté entrar al cementerio
para dejar un ramo de flores,
de polen increíble, pero no fui
capaz, tuve un deseo estéril. El
día futuro 2 de noviembre, sin
tanta declaración de amor ni
tanta reflexión didáctica, intenté
no inflamar mi corazón y acercarme
a ti por última vez en pleno
trasfondo de inmensidad solitaria.
Queremos una explicación razonable de que iba vestido el de la izquierda ¿de Monje de Silos, quizás?
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