Juegos de guerra.

Una de las frases de esta peli de 1983 resume nuestra existencia: “La extinción forma parte del orden natural”. En esa época ya había hackers, porque piratas, lo que se dice piratas, siempre ha habido. Se trata de un lumbrera que a través de piruetas informáticas se introduce en un sistema del gobierno y provoca (la ilusión) de una guerra termonuclear mundial. Todo muy vintage. Añejo cien por cien. Que vuelvan los 80’s. Se trata de vender la historia que hay ordenadores que aprenden de sus propios errores (eso en la época del Floppy Disc). Objetivos que marca el individuo en su ordenador (que juega con los rusos, alguien de Seattle que juega con los rusos): Seattle y Las Vegas (el profesor Falken [John Wood] dice que es un final bíblico adecuado para ese lugar). Los tópicos americanos de siempre (detenido al salir de un 7Eleven). El horror de sobrevivir, Armageddon y todo lo demás. No tuvieron bastante con las pelis de Vietnam y se sacan esta paranoia (comparada con las mamarrachadas de ahora es una obra maestra). Lo mejor de la peli, una de las frases del principio, cuando un profe de ciencias (otro topicazo) se saca una pregunta de la chistera de su calva y el bueno de Mathew Broderick le contesta al imbécil de turno:

- En la historia de la ciencia aparecen, de cuando en cuando, conceptos innovadores de insospechada inspiración izquierdistas. La reproducción asexual […] ¿Quién sugirió en primer lugar la idea de la reproducción sin sexo?

- ¿Su mujer?

Pues eso. Your wife? Juegos de Guerra. Punto final. Benditos 25 años. Y todo por cambiar las notas del instituto. Si al final me voy a enterar porque se hacen las sesiones de evaluación, porque algún julay de los ochenta se pensaba que se podían manipular desde tu habitación. Con lo fácil que es fotocopiar y falsificar unas malditas notas.