Porque siempre es importante tener una silla a mano, y hacer el payaso, y coger un violín, y una gafas de sol, y un periódico, y una diana. Y todo lo demás.
Y hay días en los que sólo te apetece una manta. Una y punto.
Y buscar un lugar dónde perderse. Y perderse hasta la inmortalidad.
Y un adiós contradictorio.
Y crujidos.
Y hacer cosas…a ciegas. Siempre a ciegas.
Mucho es un concepto relativo. Y tiempo también. Pero nada es para siempre.
ResponderEliminar