sábado, 6 de diciembre de 2008
El profesor de Historia.
Llego puntual. Como siempre. Hay que dar ejemplo. La gente que no es puntual debería estar en otro sitio, aparte de muerta de sueño. Una cosa es una cosa y seis media docena. No hay nada que más odie. Bueno, a partir de hoy, también otras cosas. Me preparo la clase, que no se le pueden pedir peras al olmo. Y en Internet siempre hay algo de última hora que comentar con lós jóvenes. Nada nuevo bajo el sol. En fin, lo de siempre pero en plan postmodernista. Subo a la segunda planta. Cojo los libros, la agenda, el cuadernillo de los intelectualmente hiperdotados, el otro de los otros y todo lo demás. Toca la sirena, pero no es la de incendios. Comienza la gran mentira. A vender la moto, se ha dicho. Pero hoy va a ser de mayor cilindrada. Por si acaso, habrá que darle hilo a la cometa. Todo iba normal, todos entraron normalmente en el aula. Pero algo cambió. Y menos mal que no hizo booooooooom. Por eso historia era la única que no me fugaba en segundo de bachillerato. Y menos mal que no lo hizo ese día, porque el de guardia siempre es un julay despistado. Por eso, y por todo lo demás, esta noche brindaré con champán. Por las supernovas que me quedan por ver explotar. Y punto.
Tú tranquilo. ¿No dicen que vamos bastante retrasados con respecto a Europa? Supongo que, en lo de llevar bombas a clase, también.
ResponderEliminarQuizá la cogió del Laboratorio de Historia. :-)
Un trabajo comprometido (y con muchas bajas laborales)
ResponderEliminarSi es que lo que no pase en secundaria... ¿No deberíais tener plus de peligrosidad?
ResponderEliminarPasan cosas, pasan cosas, pero menos de las que se dicen. Cuando las administraciones no dan material suficiente, pues los críos se lo llevan de casa. Si a mí me aparece uno con algo así, me da un patatús. Lo más grande que me ha pasado fue en Ceuta, cuando un alumno de Bachiller me enseñó un delfín de oro y diamantes que llevaba en el bolsillo de la chaqueta para pasarlo a Marruecos no sé con qué finalidad, aunque siendo sobrino de quien era, me lo podía imaginar; ni lo quise saber, además de decirle que yo no había visto nada. Menudo rollo. Aquí lo más que llevan a clase es un mp4 o cosas así.
ResponderEliminarnada tio, yo te presto mi casco y tu pones el chaleco antibala
ResponderEliminarEl colega francés, un punto. Y el chiquillo, un buen discípulo del Constructivismo: las cosas, explicadas desde la inducción pura. La envidia que daría a todos sus compis.
ResponderEliminarUn abrazo de santdo
Yo voy a comenzar con la Gran Guerra, espero que como mucho me monten una trinchera. Besitos
ResponderEliminarCaramba, qué peligro. A mi lo más que me han traido los nenes es un mechero que no funciona. Claro, que tienen 4 años, cuando tengan 14 vete a saber con qué nos
ResponderEliminarsorprenden.
Besos.
XDD. Me imagino la cara del profe con el obús allí en la mesa, jajjaj, blanco como la nieve, el pobre.
ResponderEliminarSaludos.