lunes, 26 de enero de 2009

Flame y Citron.

Ejemplos hay miles. Llega un cabrón de fuera, y todos se ponen a sus pies. El caso de los nazis es hiperclásico, no nos vamos a engañar. La pregunta es: ¿Qué harías tú si se repitiese una invasión como la nazi? ¿O un 18 de julio? ¿Te prestarías a colaborar con una panda de hijoputas o te pondrías manos a la pistola? ¿Serías capaz de ayudar a una panda de cabrones o utilizarías tu inteligencia y tus balas contra ellos? El día. El día que un pueblo invasor y militarista llega y sodomiza a una nación con la colaboración de mucha población autóctona. De mucho cabrón autóctono. Porque no nos engañemos. Hay mucho individuo que está deseando un Apocalipsis interior para sacar el verdadero yo. Y la historia de Flame y Citron es la contraria. La de aquellos que se niegan a colaborar, en su caso, con los nazis en Dinamarca. Pero por el camino se encontrarán muchas chinitas y obstáculos, mucho rico que se enriquece por el camino (que no nos engañemos, que los principales beneficiados de las guerras son los ricos, al principio y al final de los conflictos sobre todo), que no te puedes fiar ni enamorar de nadie, que el hambre siempre llega, que serás engañado incluso por tus más fieles seguidores. Y cerveza, mucha cerveza. Vamos, que al final todo es mentira, y el viaje no merece la pena. O sí. Vaya usted a saber, pero, como sigamos así, todo se repetirá. Aunque siempre nos quedará The beat y una buena canción.  Una peli para remover conciencias empantadas, de esas que tanto abundan en la actualidad y que sólo hablan de crisis cuando lo que tenían que hacer era mirar al espejo y darse cuenta de la mierda que hay en el mundo. Y punto. 

14 comentarios:

  1. Estupendo post.

    Siempre es más atrayente la romántica lucha del débil contra el poderoso.

    Aunque abundan los estómagos agradecidos.

    Salu2

    ResponderEliminar
  2. es difícil ser el primero de la fila, no sé lo que haría, sinceramente.

    ResponderEliminar
  3. Luchadores románticos.

    Qué anacrónica expresión hoy que evitamos los conflictos para mantener a salvo nuestro estilo de vida.

    Es el problema de habernos hecho tan ricos.

    ResponderEliminar
  4. No se preocupe, D. Supersalvajuan, que ya no se puede dar el caso; lo explico brevemente...

    Pendejadas patrióticas

    El Sr. Rajoy, por decir algo, nos propone a los españoles un "Nuevo Patriotismo".

    Demasiado tarde y excesivamente complicado. Ingeniería dialéctica, fuegos fatuos de retórica gallega. José Cadalso dijo en sus Cartas Marruecas, "no hay patriotismo porque ya no hay Patria".

    Así que, señor líder de la oposición, déjese de patriotismo, nuevo o viejo, y ocúpese antes de devolvernos la Patria. Luego, veremos.

    Pendejadas patrióticas

    ResponderEliminar
  5. Si vienen los nazis haré lo que todo el mundo, callar por miedo

    ResponderEliminar
  6. No sé, no sé. Una idea. No es sólo que los ricos se beneficien de las guerras: "Ay, qué bien, se ha liado una guerra, vamos a aprovecharnos..." No. Es que las mueven ellos mismos, o su sistema, porque de vez en cuando hay que sacar un beneficio extra de esto.
    Dice Russell: "El estado está organizado sobre la premisa de que se castiga a los de dentro por matar a los de dentro, se premia a los de dentro por matar a los de fuera, y se castiga a los que no quieren matar a los de fuera". O sea, un pacifista. Pero, en caso de invasión de ese tipo, no hay duda, yo soy muy mía y sería de los que se irían a la resistencia. Teniendo en cuanta que, como Woody Allen, en cualquier guerra sólo valdría para prisionera. O sea, que duraría menos que un suspiro. El mío.
    Y por cierto, ¿quién es ese que va a su bola y comenta lo que le da la gana sin tener en cuenta el sentido de tu entrada? Yo directamente le llamo a eso "comentario spam", troll o flamer. Pero son cosas mías. manías personales.

    ResponderEliminar
  7. Vi hace unas semanas esta película y el planteamiento me sedujo bastante. Es un claro ejemplo de hasta dónde llegan nuestros límites por matar a nuestros enemigos o no. La dubitación de los protagonistas ante la duda de que estén matando a un inocente o a un culpable es devastadora.
    Como siempre...la carne es débil y el amor puede arruinar una gran revolución sanguinaria.
    Buenas reflexiones.

    ResponderEliminar
  8. me quedo en lo mas superficial: la envidia...la envidia que te tengo de tener tiempo para ver pelis, leer libros, irte de ronditas azules.....

    ResponderEliminar
  9. Pues esto es un poco como lo de qué serías capaz de hacer por dinero.

    Uno no da la talla hasta que no se ve en la situación.

    Cobardes y héroes somos sin saberlo, hasta que hay que demostrarlo. Y más de uno nos sorprenderíamos.

    Salud.

    ResponderEliminar
  10. Buena película, sí. Cualquiera de nosotros podría ser Flame, Citron o el colaboracionista; cualquiera de nosotros podría cometer "daños colaterales"...es lo que tiene la Guerra.

    ResponderEliminar
  11. Cuando lleguen lo decido, que ahora sería muy presuntuoso e idelaista no decir que andaría al paso del que llega.

    Un lobo sin cartuchos

    ResponderEliminar
  12. Tiene buena pinta la peli esta de Flame y Citron...
    Lo deseable, que no nos tengamos que ver en ese brete...

    ResponderEliminar
  13. ¿Se atrevería a ponerse en este bando sin temor a que les dejaran tirados en medio de la batalla?

    Es más, ¿Le comprarían un coche usado?

    Mentiras y cintas de video, Sr. Presidente

    Ya está bien, Sr Zapatero. Para demostrar sus mentiras, medias verdades y omisiones sólo hace falta ver los videos. Resulta aburridor oirle faltar a la verdad constantemente.

    Entendemos que para usted es más cómodo engañar a unos ciudadanos en TVE que acudir a responder preguntas en el Congreso de los Diputados

    Hace tiempo, y ayer aún más, dejó usted claro que hay que creerle poquito, muy poquito, casi nada. Porque está clarísimo que usted falta a la verdad. Reiteradamente. Constantemente.

    A partir de ahora, en lugar de buscar mentiras en los discursos del presidente, traten ustedes de encontrar alguna verdad. Verán que resulta casi imposible.

    Mentiras y cintas de video, Sr. Presidente

    ResponderEliminar