viernes, 27 de marzo de 2009

El Desafío Frost contra Nixon.


No entiendo el hecho que el cine político no tenga predicamento en España. Bueno, pensándolo bien, sí que tienen explicación. En un país como este, en el que la Historia está en el último plano de la vida, todo es posible. Viendo El Desafío Frost contra Nixon, la última de Ron Howard, observas como se puede hacer un film de un hecho histórico-periodístico, de un acontecimiento concreto, de una situación concreta. Nixon, expresidentes obligado a dimitir, frente a un excómico británico. Pero es mucho más que eso. Es un intento para denunciar a una clase político manipuladora y espía. Está claro que no eran la NKVD, pero santitos tampoco. Y las relaciones, las renuncias, las equivocaciones, los pasos cambiados, el desamor y todo lo demás. Se muestra a un Richard Nixon (en el año 1977, el año de la mejor cosecha), preocupado únicamente en acrecentar su economía personal, olvidándose del mundo en La Casa Pacífica en su finca de San Clemente, en California. Las verdades, las medias mentiras, las mentiras absolutas. Todo es posible porque la política, como dijo un político español, es el arte de lo posible. 

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