Empezaba el partido, y don Silvio se acercó a Andrea Bocelli. El cantante, no pudo escaparse, angelico. Y en el partido, don Silvio, bostezante y bostezando. Menudo ejemplo. El ejemplo que seguimos todos. El ejemplo. Don Manuel Alcántara lo ilustra con palabras como nadie.
El ejemplo de nadie. Bendito sea el dulcísimo nombre del Creador.
Bostezaba y bostezaba por que eran 23 los chicos que corrían en pantalón corto detrás de una pelota, si llegan a ser chicas, hubiera sido otro cantar...Ay Silvio, que se te ve el plumero.
ResponderEliminarPobrecico.
ResponderEliminarsi hubieran sido niñas, no chicas.
A mí este tipo me da un pelín asco. Es un putrefacto. Hoy iba yo pensando en la propensión de los italianos para tener césares locos y pútridos, y cuando no, gresca entre cuarenta familias políticas. Cómo son ellos, los italianos. No termino de entenderlos. Un buen Renacimiento con venenos y todo es lo que les hace falta.
ResponderEliminar¿Y por qué al Renacimiento le llamaron así, si la gente lo que hacía era morirse a chorros?
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