Está uno intentando dormitar y de pronto ve visiones. No. Y el arroz del viernes no llevaba caracoles.
Ni serranas. Esta o este, o como diablos se diga, era cartagenero, from The Carmoli, the most important stone of the world. Pues eso, que no podía dormir, y aquí el alien, o visitante, o lo que fuera, me hizo compañía mientras intentaba escuchar a The Killers y a Los Planetas.
Pero su baba es universal. Todos tenemos mala baba, aunque no seamos morsas, ni caracoles ni serranas. Pero siempre nos quedará la morsa. Y era Pablo. La morsa siempre era Pablo, pero no iba camino de Damasco.
Una señal como otra cualquiera de la inminente llegada del fin de los tiempos. Entra sin llamar.
ResponderEliminarUn saludo
te llegó alguna nota?
ResponderEliminarSegundo premio, soy un pobre granaíno, un buen día, corrientes circulares en el tiempo, ya no me asomo a la reja... Y en el fandango para los guiris.... Me dolió el alma, me dolió tener que cambiar al verde aunque no tanto como si hubiese sido toxicomos.
ResponderEliminarLa pobre serrana sólo buscaba su camino, lo mismo se perdió mientras tanto. Nos pasa a muchos.
ResponderEliminarPd. Mato por un plato de caracoles con tomate ;)
no entiendo ni papa que no papá, pero a mi los babosos siempre me han dado cierto asco y pena...porque tener que llevar la casa a cuestas. Es una putada.
ResponderEliminarHabia algo de Zeus y un caracol...o no era Zeus.
Pues si hay más ya te llega para una paella
ResponderEliminarLos caracoles son siniestros, y los oasis mi primer grupo de rock..
ResponderEliminarDespertarse con la almohada llena de baba; el sueño de todo insomne. Los sueños babosos son los más reconfortantes.
ResponderEliminarTuviste suerte de ver a tiempo al caracol, que seguramente iba a por tí :-)
ResponderEliminarJesús, siempre van a por mí.
ResponderEliminar¿Aceitunas u olivas? ¿Ovejas o borregos?
ResponderEliminarPor dios qué tamaño de caracol :O
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