Escuchar a John Cipollina un domingo por la mañana es como ver marchitarse una rosa. Podemos hacerlo muchas veces, pero no lo hacemos casi nunca. Porque no queremos, porque no lo deseamos, porque está bien, pero no es imprescindible. Es como la actividad. Dentro o fuera del matrimonio. Siempre. Siempre puedes ser un perdedor. Un simple perdedor.
Pues estoy yo hoy como para que me hablen de perder, que bajón mas tonto.
ResponderEliminarMal bicho, arriba ese ánimo.
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