Hay veces que hay que elegir. Y la peluquería es una de las soluciones. Pero el ayer es un hijoputa traicionero. Sobre todo, con las fotos. Por eso no me gusta repetir en el trabajo. Conoces a la gente, y, encima, los identificas. Una vez que idealizas a alguien, lo pones en una poltrona. Por eso, es mejor olvidar el ayer. Porque es preferible un ayer hijoputa, que un mañana supercabrón.
Es muy original el vídeo, en una barbería. Que por cierto, cuando palme el dueño de la queda en mi barrio, se va con él un concepto de local para siempre.
Cuando iba a rasurarme a la otra barbería, la barbería del Vinagre, que en paz descanse (te lo juro, era un sitio sin nombre y ese era su mote en el barrio) el tío te daba buena conversación, te afeitaba el cogote y las patillas con espuma Lloyds y si querías, te echaba al final unas gotas de Varon Dandy. Impagable, Salva, XDD.
Ah, y de lecturas en la espera de tu turno, en viejas sillas de madera había Marcas atrasados y prensa local, jajjaj. Lo echo tanto de menos.
Insanus, Las barberías. Para varías películas. Y mira que me decepcionó "El marido de la peluquera". En fin. Yo voy a la de siempre, a la que me llevó mi padre hace 28 años por primera vez. Y uno de los tres que hay, cuando me coje, me hace siempre las mismas preguntas. El día de la marmota peluqera. Me apunto lo del Vinagre.
La mejor forma de no repetir en los trabajos es quedarse en uno para siempre
ResponderEliminar¿Para siempre? Suena a partido aburrido del Real Murcia.
ResponderEliminarNo te pases, tampoco hay que exagerar
ResponderEliminar¿Después de lo de este año? Me estoy mordiendo la lengua. Y envenenarme es una opción. La mejor opición.
ResponderEliminarNo, si yo decía que no te pases, que no hay que exagerar, que quedarse en un trabajo para siempre no es tan aburrido
ResponderEliminarEs muy original el vídeo, en una barbería. Que por cierto, cuando palme el dueño de la queda en mi barrio, se va con él un concepto de local para siempre.
ResponderEliminarCuando iba a rasurarme a la otra barbería, la barbería del Vinagre, que en paz descanse (te lo juro, era un sitio sin nombre y ese era su mote en el barrio) el tío te daba buena conversación, te afeitaba el cogote y las patillas con espuma Lloyds y si querías, te echaba al final unas gotas de Varon Dandy. Impagable, Salva, XDD.
Ah, y de lecturas en la espera de tu turno, en viejas sillas de madera había Marcas atrasados y prensa local, jajjaj. Lo echo tanto de menos.
Insanus, Las barberías. Para varías películas. Y mira que me decepcionó "El marido de la peluquera". En fin. Yo voy a la de siempre, a la que me llevó mi padre hace 28 años por primera vez. Y uno de los tres que hay, cuando me coje, me hace siempre las mismas preguntas. El día de la marmota peluqera. Me apunto lo del Vinagre.
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