Hay cosas que no entiendo. No me quejo de la publicidad, porque prefiero no verla. Pero las neuronas van demasiado por su cuenta. A veces, por supuesto. Otras veces mueren en plena Milla dorada. En la mismísima Milla de Oro.
A ver... es que no lo comprendéis: dónde van a ir esa panda de pijos al poblao de las Rosillas, que lo mismo les arañan el coche, o se les pega algo... TeleCoca y punto: un gran invento. (el anuncio mejor no le veo, que en pause ya me da miedito)
suena mal y es peor todavia....
ResponderEliminarxo ya ves, la gente... la puta gente...
Vergüenza ajena...
ResponderEliminar¡Qué anuncio más malo, por Dios!. No me extraña que se te haya quitado el hambre.
ResponderEliminarY lo del servicio a domicilio de la cocaína... Sin comentarios.
Un fuerte abrazo.
A ver... es que no lo comprendéis: dónde van a ir esa panda de pijos al poblao de las Rosillas, que lo mismo les arañan el coche, o se les pega algo... TeleCoca y punto: un gran invento.
ResponderEliminar(el anuncio mejor no le veo, que en pause ya me da miedito)
Madame, es que hay calles nobles y calles proletarias. Weeds. El asunto me recuerda a Weeds. Pero siempre con discreción, que es lo más importante.
ResponderEliminarOig, por Dios
ResponderEliminarRubén, ni el contenido ni el continente. Pero, ¿de qué continente ha salido este? Y no vale el valle del Guadalentín.
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