lunes, 5 de octubre de 2009
Flashforward. Capítulo 1.
Era lo último que pensaba hacer hoy después de salir de la residencia catastral a las siete y media de la mañana y llegar a las 10 y 21 de la noche. Pongo AXN y veo que quedaban 4 minutos y cuarenta y cinco segundos para que empezara el primer capítulo de Flashforward, aunque a mesa puesta todo es más fácil. Me he quedado fascinado con la primera media hora y los últimos cinco minutos de la serie. Espectaculares. De traca, grandiosos. Si no los habéis visto, estais a tiempo. O mañana en Cuatro, también. Comienzo grandioso. Supongo que el resto de capítulos no pueda igualar lo inigualable. El Milan sólo le ganó una vez al Real Madrid por 5 a 0. Y al Barça por cuatro a cero. Los milagros, en el Benidorm de los enfermos (el nombre lo pones tú). Premisa grandiosa: todo el mundo pierde el conocimiento durante dos minutos y diecisiete segundos a la vez. Y, encima, ve asuntos del futuro: un mal sueño (podríamos pensar si quisiéramos pensar, que no debemos, que pensar siempre te mete en líos). Y el futuro siempre cambia el presente, y si no que se lo pregunten a Michael J. Fox. Y los detalles: los accidentes, las persecuciones, los anuncios de los autobuses, las notas en los tablones, la mesa de operaciones, la pistola, el móvil en el muelle, el camión de gasolina, los desmayos, el sofá de la perversión. Y todo lo demás. Baltimore, Detroit. Ciudades grandes que al final te meten en problemas. No me lo esperaba. Dicen que está a la estela de Perdidos. Tendré que acabar las cuentas pendientes que tengo, y ponerme a darle hilo a la cometa. No os la perdáis, please, que esto no tiene nombre. Bueno, sí, Flashforward. Y es espectacular, y encima termina en de. Y todo lo que termina en de tiene sus momentos. Y punto.
A ver cuando me das la receta para conseguir hacer tantas cosas!!
ResponderEliminarEstoy pa' acostarme!!!
Esa última frase es mía. Y deja de ser emergente, ¿vale? No eres Brasil!!!
ResponderEliminarPara seguir una serie hay que alcanzar altos niveles de eficacia. O de despreocupación. Ninguno de los dos es mi caso
ResponderEliminarla serie tiene un planteamiento brutal
ResponderEliminarPues hoy no me la perderé en Cuatro.
ResponderEliminarSalva, no hemos podido comentar lo del Eurobasquet. Mis obligaciones me han impedido estar online. Espero que disfrutaras como un enano.
Yo,como dice Leandro, para seguir series, o tienes un nivel de eficacia como Cristiano lanzando faltas o una despreocupación absoluta como la de Solbes por el bienestar de los españoles.
ResponderEliminarTampoco es mi caso.
O sea,...que "nasti de plasti"
Leandro, es cuestión de engancharse.
ResponderEliminarAnselmo, es para hacer pensar.
Juan Ignacio, Scariolo dimisión.
Pastor es cuestión de obligarse a ver dos episodios, y si te atraen, pues bien.
A mi tambien me ha impactado, el solo hecho de pensar cuanto puede condicionar el presente un conocimiento del futuro... cierta tendencia a pasar la vida en busca del oráculo, para terminar tratando de olvidar aquello que nos ha mostrado...
ResponderEliminarSeguiré tu recomendació. Espero no sentirme defraudado.
ResponderEliminarSalud.
Joder con la palabrica lo que va a dar de sí...jeje Tú si que eres emergente!
ResponderEliminarYo me engancho como una loc con casi cualquier cosa, asíque ahí estaré esta noche.
ResponderEliminarintentare verlo...pues no se cuando, a lo mejor mañana puedo
ResponderEliminar¿Emergente? Qué cosas se dicen por aquí... No te pierdes una. Yo me apunto a lo de Leandro. No puedo, materialmente no puedo. Pero yo añado otro nivel, el de constancia. Si consiguiera ver un capítulo entero, al siguiente no me acordaría en qué tele lo ponen, o de la hora, o me pondría a hacer otra cosa, y así.
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