Eso mismico debía de pensar el Ciego del Lazarillo, pero con más sorna y mala idea, que le cura a Lázaro todos los desportillados de la cara con vino, los mismos que le ha hecho con la jarra que le ha estampado en toda la boca. Perdona la referencia literaria, pero es deformación profesional.
Salvo que lo cure el azul
ResponderEliminarLa verdad es que pocas medicinas son tan antiguas como el vino.
ResponderEliminar¿y la muerte entre las flores?b
ResponderEliminarDale recuerdos a Pepico el graffitero.
Y la cerveza menos
ResponderEliminarLo que no mata engorda. Eso dicen.
ResponderEliminarY al que no le guste el vino.... es un animal! jajaja
ResponderEliminarSaludos y un abrazo enorme.
Eso mismico debía de pensar el Ciego del Lazarillo, pero con más sorna y mala idea, que le cura a Lázaro todos los desportillados de la cara con vino, los mismos que le ha hecho con la jarra que le ha estampado en toda la boca. Perdona la referencia literaria, pero es deformación profesional.
ResponderEliminarVino para todos que es san viernes.
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