Yo he ido a dar clase, o el sucedáneo de turno, con una vestimenta que, de acuerdo con mis tutorados, debido a un puto terremoto (una precuela del debacle lorquino del día 11 de mayo de 2011), era la que había que hacer. Su contraportada decía, literalmente: "Cuanto hijo de perra junto". Sí, hacemos memoria, y hay testigos presenciales, esa frase la pronuncié un jueves a primera hora cuando todavía no era tutor de cuarto de la ESO en el grupo A del Instituto Juan de la Cierva de la localidad murciana de Totana. Yo fui. Siempre será ese día. Siempre es presente. Y todo lo demás.
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