En The Shadow Line se cumple el axioma gintonicdriano de que todo es mentira. Las balas perdidas, las flores importadas, el Alzheimer prematuro, las ventas ilegales, la corrupción policias, la inmundicia de la prensa, las falsedades conyugales, los anhelos existenciales y tantas y tantas cosas. Siete capítulos de los que rozan la perfección, porque los billetes casi siempre están marcados. Y todo lo demás, también.
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