domingo, 14 de agosto de 2011

Ahora que no somos nada


Te acercas al banco y te dejas engañar. Te crees que esa hipoteca, va a ser para toda la vida. Pero la cosa se pone fea (y no miro al horizonte, que estoy en mitad del Atlántico y esas nubes negras tienen pinta de cabronas) y te mandan a tomar viento fresco. Y los políticos, esos malamadres de la Pe a la E, llenándose los bolsillos. Y todo lo demás, también.

4 comentarios:

  1. Creía que estabas en la playa. Ayer me dolían los huesos después de ir al hospital me tomé un efferalgan y me acosté, pero no he pasado buena noche.

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  2. Uf... qué pereza me está dando aterrizar

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