Suscribo todo lo que diga el cartagenero y estoy dispuesto para defenderlo en soportales con puñales toledanos y trampas de Selaya, aunque me cueste perder dos o tres seguidores, con dos cojones. Aún más, subo la apuesta y apoyo las palabras del Capitán Alatriste:
“No hay buenos reyes. No hay más que reyes tolerables. Y pocos casos conozco de reyes que actúen contra sus propios ministros corruptos. El pueblo que quiere ser libre es como el hombre que quiere ser libre: no hay otro camino que la espada. De todas formas, hay espadas reales y espadas metafóricas. Lo único que sé es que quien no se bate termina siendo esclavo. A veces, aunque se bata. Pero en este último caso le queda el consuelo de haberse batido. Si me apuran, el peor pecado del mundo es la cobardía”.
Necro, es que el cartagenero los tienen bien puestos. El único que vi que lo metió en un medio compromiso fue el maestro de Gramática, don José Perona, en una de las últimas presentaciones antes de que gran profe sufriera el ictus que se lo llevó para el otro barrio. Y el capitán, el más grande.
Suscribo todo lo que diga el cartagenero y estoy dispuesto para defenderlo en soportales con puñales toledanos y trampas de Selaya, aunque me cueste perder dos o tres seguidores, con dos cojones.
ResponderEliminarAún más, subo la apuesta y apoyo las palabras del Capitán Alatriste:
“No hay buenos reyes. No hay más que reyes tolerables. Y pocos casos conozco de reyes que actúen contra sus propios ministros corruptos. El pueblo que quiere ser libre es como el hombre que quiere ser libre: no hay otro camino que la espada. De todas formas, hay espadas reales y espadas metafóricas. Lo único que sé es que quien no se bate termina siendo esclavo. A veces, aunque se bata. Pero en este último caso le queda el consuelo de haberse batido. Si me apuran, el peor pecado del mundo es la cobardía”.
He dicho. Y punto.
Necro, es que el cartagenero los tienen bien puestos. El único que vi que lo metió en un medio compromiso fue el maestro de Gramática, don José Perona, en una de las últimas presentaciones antes de que gran profe sufriera el ictus que se lo llevó para el otro barrio. Y el capitán, el más grande.
ResponderEliminarministrables que no administrables
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