Apenas escuchas un timbre, una llamada. Suenan motores. Le echan coca cola a un embrague para espabilarlo. Jodiendas con vistas a la bahía. Quitas cortinas a las nueve y media de la mañana. El alcalde de la capital del reino valcarcil, sin dimitir; del presidente (v)arcacil, ni hablamos; de Marianín el ilustrado fuma puros... Pues eso, queda rebelión, pero solo en las canciones. Y los bares llenos. Y todo lo demás.
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