Lo que siente Mariano los lunes, lo que vuelve a sentir los martes, un pánico llegado desde Berlín y desde Brusela, y el miércoles lo mismo, un perdedor, un carbonero de serie zeta, y los jueves igual, más pánico, y pánico también los viernes. Pero la dimisión es imposible. Antes muerto que perder la vida. Y todo lo demás. Y si tiene que caer el cielo, que caiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario