No soporto a los alemanes. A la Merkel, menos todavía. Y al mamón de Guillermo II, en vez de asustar al caballo que montaba, tampoco. Lástima que a Guillermito no se lo llevará un miserere, joder. Vaya tropa. Limpiarte a Bismarck para esto, joder. Pues nada, que el color no nos engañe.
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