Siempre podemos jugar a historia ficción porque todo es mentira. ¿Qué hubiera pasado si El Pequeño Cabrón hubiese tenido buenos secuaces en Waterloo? ¿Todos hablaríamos francés? ¿Y si no hubieran llegado nuestros amigos yankis a desembarcar en Normandía? ¿Todos hablaríamos alemán? Vaya usted a saber. Pero nada es comparable. Aquí saltaba sangre, justo aquí, en la antigua Yugoslavia hace nada y Solana y sus chicos mirando para otro sitio. Bueno, pues con el basket pasa igual, y hoy nos lo recuerda el gran Shirley.
No hay comentarios:
Publicar un comentario