Antes no sufría yo con estas cosas. Saltaba sangre luisenriquista como para hacer morcillas, nos tomábamos un berrinche y varios gintonics y ya está. Ahora no. Ahora toca hacer sangre de los italianos, aunque no estuviera por allí el loco de la cresta amarilla, ni sonara Travis ni flores en la ventana ni nada por el estilo. Y todo lo demás.
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