No sé exactamente cuáles son las pretensiones de los creadores de
Dates. No lo sé. Pero a mí, el planteamiento me ha gustado. Y tiene diálogos ingeniosos, aunque al final, como en la vida, todo es un dramón. ¿Dónde quedar? Pues en un bar, y con la tripa llena, todo se ve de distinta manera. Ejercicio creíble el de
Dates. De año en año, los veranos dan sorpresas agradables como la de Dates. Y de los actores, destacar al colgado utópico que buscaba a la señorita Hyde y, por encima del resto, muy muy por encima del resto, la gran
Oona Chaplin. Serán los genes, digo yo, que no todo va a ser Juego de tronos y una boda desmedida. Y todo lo demás.
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