La segunda temporada de
Hell on wheels sigue con Judas revoletando por todo la tierra y el barro. Demasiados Judas: asesinos, corruptos, negratas, indios, papistas, borrachos, cabrones de todo tipo. De todo tipo. Y, como en la primera temporada, muertes. Muchas muertes de Judas y no tan Judas, que de todo hay en la viña del Señor, de las viñas de todas las iglesias cristianas. Pero el avance del ferrocarril, como el show cuando la palma el Steve McQueen de turno, debe continuar: dan igual las complicaciones. Los raíles dolarizados, mandan. Sí o sí. Y, las personas que viven del ferrocarril, como en la guerra, son reemplazables. Y todo lo demás.
Esta no me tienta por muchos Judas que tenga.
ResponderEliminarEs el retrato de la época, pero un retrato muy jodido: barro, sangre y todo lo demás.
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