Pasan los capítulos de
Boardwalk Empire y siguen enterrando muertos al más puro estilo Soprano. Cosecha de 1924, para ser exactos. Todo tiene un límite, menos la pólvora. Y todos los que siguen a la altura del 48, supervivientes de canciones que engatusan, de chulos y rufianes, de los límites de la relación entre padres e hijos y Tampa en el horizonte, y Cuba y todo lo demás. Como las tres anteriores, con sus momentos de lucidez y los reflejos de la sordidez, con Italia en plan cabrona, con cárceles y heroína, con engaños y muertes varias, con jodiendas con vistas a Atlantic City en las que poder morir en paz.
No sé cuándo será pero tengo que pasar un temporada sin preocupaciones
ResponderEliminarEntonces no veas esta serie que tiene asuntos jodidos
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