jueves, 2 de enero de 2014

Las clases ociosas

De mañana en mañana, de tema en tema, con el ruido de fondo de la hormigonera asesina que el concejal de turno ha empleado a sus amigos constructores, aparecen ante tímpanos ociosos himnos con los que ilustrar con palabras el estado actual de la cuestión. Y todo lo demás. “Las clases ociosas nos dicen que debemos darles las gracias no nos lo dicen, más bien nos lo mandan gracias por cualquier trabajo basura gracias por las hostias, gracias por la usura. Ante ti me arrodillo y me doy golpes de pecho gracias oh gran jefe, tú eres tan bueno. Ante ti me arrodillo y me doy golpes de pecho gracias oh gran jefe, tu dios es tan bueno. Tu dios es dorado, tu dios es verdadero tu dios es mi dios, nuestro dios es el dinero. A ver qué tal se te da tragar monedas de dos euros así hasta el millón, y flotar, y nadar en alta mar con ellas en el cuerpo. Las clases odiosas nos dicen que debemos darles las gracias no nos lo dicen no, más bien nos lo mandan. Claro que sí, vuestra mierda nos la comeremos. Lustrar vuestros zapatos con la lengua es más, mucho más, de lo que merecemos. Y gracias por los desahucios gracias por los bonzos, por todos los suicidados. ¡Cada cuatro años os votamos! ¡Cada cuatro años os votamos! El poder es lo vuestro, para nosotros algo ajeno. Y si nos mandáis morir de hambre será porque adelgazar es bueno. A ver qué tal se os da alimentaros sólo de billetes de quinientos y tragar, y acumular, y cuando llegue el momento de cortar, de rajar de ver qué tenéis dentro... ¡los que comen caviar nos mandan comer cerdo! ¡los que no paran de mentir, de hablar nos mandan callar... callar o caer muertos!”

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