lunes, 24 de febrero de 2014
Za Za, emperador de Ibiza
Me parece que fue hace milenios cuando dejé a medio leer Tokio ya no nos quiere. Y no pensaba caer en las sílabas de Ray Loriga, pero sorpresas te da la vida. Y muy agradables, como es el caso de este Za Za, emperador de Ibiza. Se hizo esperar el cambio a bien, tanto o más que una dimisión papal, entre evaluaciones y pérdidas varias de tiempo. Pero vamos al tema, que las drogas nos apremian. Al principio puede parecer que esto como El gran Lebowsky, como si todo fuera una gran confusión. Pero de confusiones, nada de nada. No hay dos camisas iguales, nunca. Ya lo dijo Florentino: Never, never, never. Y me gusta la distinción que hace entre historia y detalle, entre simple anécdota y hecho historiográfico (¿o era al revés?). Lástima que no me gustaran las clases del profesor Ruiz Ibáñez pero para algo tenemos Las escuelas históricas de Guy Bourdé/ Hervé Martin. Para algo, joder. Y me gusta la comparación que hace Loriga entre el precio actual de la cocaína y el petróleo (yo en clase, cuando daba clase quiero decir, ponía la comparación del agua y los diamantes, pero siempre equivocada).
Estuve a principios de los noventas por Ibiza, cuando el antenicidio y todo lo demás. Fue llegar y escuchar a SúperGarcía en otra emisora de micro azul, y el fútbol sin Antena 3 Radio no fue lo mismo. Y Ray Loriga sabe mucho de fútbol y lo demuestra en muchas páginas de Za Za, emperador de Ibiza. Tengo información de primera mano de Ibiza, y no hay nada nuevo bajo el sol, y las drogas siendo importantes, en Ibiza y en mitad del reino valcarcil, y allí donde salga el sol y un tipo tenga un yate y lo compre y no pregunte, ni por curiosidad, su precio. Quiero este yate. Y punto. ¿Envidia? Pues despertad, pijo. Y los monos están salidos. Salidísimos, vayan a dos o cuatro patas, haya delante o no una tipa con bata blanca. Muy salidos. Salidos y se descojonan. Y nada como ir al bar de costumbre, y apostar como Dios manda, en plan Marqués de Coño Hondo (sí que sabe el cabrón santoangelino). Y la amplitud del concepto del dealer, y todo lo demás. Y, a partir de ahora, antes de ir a misa los sábados que no coincida la celebración con el Real ni con Diego Costa, sin nadie de la mano, ampliaré el concepto de infierno que Loriga lo borda, ese puto segundo que nunca acaba y que nos lleva a un sitio donde no deberíamos estar, pero ese segundo se alarga como la Peste Negra de 1348 en adelante. Y el retiro en Ibiza no dorado pero si de hojalata duradera (o esa era la impresión), y las voces reconocibles al teléfono (con confundir reconocibles con agradables), y los mal(entendidos), y los rusos soltadores de galletas, y las líneas (con y sin Conrad), y la distribución, y la pena de muerte en Suazilandia, y los expertos pelícanos que nos informaban con Julia al fondo, y niñas que cambian de nombre y olvidan a sus madres, y las pizzerías regentadas por transalpinas, y los gintonics que no falten, y la humillación de los golpes recibidos y de la utilización de tu nombre, sea cual sea, o signifique eso lo que diablos signifique. Y punto.
Tú no lo lees y a mí me lo regalas....
ResponderEliminarhttp://burbujaplanetera.blogspot.com.es/2008/12/tokio-ya-no-nos-quiere.html?m=1
ResponderEliminarYo lo dejé a medias...
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