martes, 11 de marzo de 2014
Onces emes
Recuerdo que aquella mañana, como todas, me iba a la Biblioteca Antonio de Nebrija (¿por qué todo nos recuerda al Maestro de Gramática don José Perona?) a estudiar como un cabrón. Como un auténtico cabrón, como llevaba haciendo desde 2001 preparando las jodidas oposiciones que todavían andan en el lado santiabadista de la vida. Desayunando me contó Is lo que iban contando en la radio, ese medio maravilloso y que nos informaba de todo antes de que el personal dejara de hablar y fuera concentrado en hacer el gilipollas. Estando en la facultad y en la biblioteca nos fueron informando de que a las 12 se haría una concentración entre escaleras. Los gritos fueron unánimes y las manos blancas también. Por eso, cada vez que este aniversario llega a nuestras retinas y yunques, lo flipo en colores, manzones y secuaces dando la nota y, como han hecho todos los partidos, intentando mangonear en la tragedia. Ya lo cantaron desde Granada, "vamos a hacer un presidente de los estados de ánimo". Y menudos resultados, pijo. Y así nos fue, desde un poquito antes del atentado incluso. Ya se veía lo peor, sólo se aceleró el proceso. Y todo lo demás.
Coda: menos mal que, en mitad de la crisis y la desesperación, en mitad de la nada infernal, en mitad del solar de ideas y el vertedero emocional, nos quedaba la música, joder.
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