Cuando vuelven los caballos blancos, y las apuestas, y el IRA, y los judíos, y los italianos, y el señor Churchill, y la Corona británica, y los viajes en barcos de 4 días, y las peleas callejeras, y las cuchillas en las gorras, todo es posible con los Peaky Blinders. Incluso cambiar como música predominante la de Jack White por la de Polly Jean Harvey.
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