Si Tarantino no hubiera abierto la boca, ¿cuántas personas hubieran dejado de ver Big Bad Wolves? Un número altísimo, claro está. Big Bad Wolves tiene sus momentos de lucidez y soplete, sus momento viral de red, sus policías y sus caballos, sus gritos y sus tartas, pero no son para tanto. Simplemente para pasar el rato, simplemente para olvidar la puta realidad durante un momento. Y todo lo demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario