Crónicas diplomáticas es una disparatada tomadura de pelo. El jefe de la diplomacia gala contrata a un escritor de discursos para citar a Heráclito, Tintín y Malraux. Tomadura de pelo en toda regla. Cualquier capítulo de Borgen o de El ala oeste de la Casa Blanca tiene más interés. Y todo lo demás.
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