lunes, 18 de mayo de 2015
La novena Copa de Europa del Real Madrid de baloncesto
No me quiero extender mucho sobre la Novena. La Novena. Hemos tenido que esperar 20 años. Hemos tenido que esperar desde Sabonis. Pero sobre todo, hemos tenido que sufrir, una y otra vez, en las finales perdidas contra griegos e israelíes los dos últimos años, el descrédito de Laso. Los buenos entrenadores hacen perder a sus equipos; los excelentes, pocas veces o casi ninguna. Pablo Laso tiene muchas virtudes pero todavía no es un excelente entrenador. No nos engañemos, está de entrenador del Real Madrid por Alberto Herreros. Si ayer Spanoulis y sus secuaces hubieran metido los tiros libres y hubiera habido un final igualado, otro gallo hubiera cantado. Lo tengo clarísimo. Sin el acierto consecutivo de Carroll con el partido empatado, la Euroliga estaría en Grecia, atenizada otra vez por el Dios Spanoulis (que ayer estaba de séptimo día de descanso y erró afortunadamente). Ahora es el momento de cesar a Laso. Si el Real Madrid no hubiera cesado a Luyk y fichado a Obradovic no tendríamos la Euroliga de 1995; con Laso en el banquillo, perdimos dos oportunidades únicas en 2013 (ganando por 17 al descanso a estos griegos) y en 2014 al equipo macabeo. Por eso, y, en este momento, Laso debe ser cesado por mostrar, una y otra vez, su descrédito. Y todo lo demás.
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