O, resumiendo, del nuevo alcalde. Del nuevo concejal que pastorea junto al nuevo alcalde. La chusma que da, bajo acuerdo de junta de gobierno, veintitantos millones de pesetas del ayuntamiento ballestero al equipo salchichero. No con mis impuestos, no con el robo y atraco de mis contribuciones. Un alcalde en minoría, un concejal que ya no es entrenador de baloncesto, no deberían jugar así con mi dinero. No con mi dinero. Hasta los mismísimos del despilfarro municipal y sardinero. Bochornoso. Lo mejor va a ser hacerse el loco, porque será la única manera de acabar el verano sin acabar demente. Y todo lo demás.
Coda: el nuevo alcalde y sus secuaces vuelven a reir(se) en nuestra cara sin bajar del autobús.
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