La patraña de la semana son los datos macroeconómicos. ¿Cómo no van a fallar los datos macroeconómicos? ¿Por qué triunfan los emprendedores? ¿Por qué no ser presidente autonómico? ¿Por qué no ser profesora y montar una agencia de viajes? Vivan los candiles, y el crecimiento, y el triunfalismo del PIB. Macroeconomía, putos zombies del IRPF. La rutina del triunfador, de vacaciones y con su mano derecha alcaldeando por La Alberca sin las Torres. Pero no ocurre nada. Todo es felicidad macroeconómica, mientras nos damos el bañito en el chalecito y con las niñas bien peinadas. Bien peinadas siempre, que para algo van a la universidad ultracatólica. Y todo lo demás.
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