sábado, 26 de septiembre de 2015
Narcos. Primera temporada
Resulta confuso hablar de Narcos y de la figura de Pablo Escobar. O quizás hablar de Escobar. Narcos narra una visión de la historia, con demasiados reflejos desde la óptica de Yankilandia que es la que paga la fiesta. Cuándo en los noventas se hablaba de Escobar había una mezcla de opiniones: el zar de la droga y el tipo que ayudaba a las familias pobres, el asesino de políticos como Luis Carlos Galán o de periodistas como la hija del presidente colombiano Diana Turbay, el tipo que se llevaba a su Hacienda Nápoles todo tipo de garzas del Himalaya y animales exóticos por millones de dólares. Pero Narcos también cuenta los intereses de los políticos: de los gringos por evitar la fuga de capitales desde la floreciente Miami y Nueva York a la Colombia de los ochentas, de la falsedad de Reagan que imponía normas restrictivas mientras sus asesores eran los reyes del paso de cebra, de Bush padre que pasaba de salir en fotos con Noriega a perseguirlo hasta la cárcel. Y el miedo a la extradición a los USA marca parte de la serie y el cambio de opinión de los Gaviria de turno. Gran serie aunque para mejorar el estado de ánimo no sé si es lo mejor. Y todo lo demás.
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