viernes, 18 de septiembre de 2015
Waterloo 2.0
El Francia 75 Vs España 80 de anoche no es cualquier cosa. Puestos a cosificar, puestos a gameizar, puestos a recordar hitos podemos hacer memoria. Y podemos decir distintos palabros sobre lo de Orenga en España 2014. Pero no estamos aquí para eso, que el Principio de Peter se encarga de esos motivos. Estamos para recordar en nuestras retinas: no solo los 40 gasolianos sino la velocidad de los Sergios y algún detalle (con o sin Ellos) más. O no. Gestos y momentos. Pensaba que en el tercer cuarto nos dejaban el culo como la bandera japonesa. Iban a repetir lo del 6 de agosto. Lo del 9 de agosto. Con 27.000 individuos desatados. Pero no. Volvimos a envenenar a Napoleón. Volvimos a quemar a Juana de Arco. Ninguno de ellos francés, como casi ninguno de los que jugaba ayer con la azul. Pero eso ya es lo demnos. Nuestras retinas fueron privilegiadas al filtrarnos la maravilla de partido. El descanso de Gasol en el último cuartos. La Chachomanía. Quizás, la decepción, Mirotic. Pero ahora se olvida casi todo. Se perdona casi todo. O no. Pero siempre tendremos este San Quintín en nuestra memoria que cada día es menor. O no. Lo bueno se olvida pronto y lo malo se magnifica. Se orenganiza todo. Pero lo de ayer no fue normal. Fue la fundición de la torre que nunca existió, fue vestir el arco del triunfo de amarillo y rojo, fue un indurainazo, fue la reivindicación de que no siempre seremos Arconadas. Y todo lo demás.
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