domingo, 18 de octubre de 2015
Los cuchillos son cucharas si te fijas
La capital del extinto reino valcarcil, antiguo sultanato de Sean Connery, hoy territorio PAS y cogido por alfileres por el Guillermo Tell ballestero, cortan las calles sin motivo aparente. Tal que así. Como un testigo de Jehová (o como se escriba), te tocan la puerta sin motivo aparente. Pero a lo que iba. Tardas una hora y pico en cruzar una ciudad de chiste ambulante: ayer eran unos tipos disfrazados de militares; hoy una Maratón mañanera; mañana, cualquier cosa es posible. Y después de mucho andar, llegué a la capital. Pase por la puerta de la Catedral. Miré las mesas de esos bares a los que va el personal a aparentar lo que es y lo que no es. Otra procesión cortaba Santo Domingo y Trapería. Lo de siempre. Y luego hablando con María Eulalia se arregló la tarde. Pero se me olvidó decirle que no paro de escuchar La balada de Fran y Richi. Una y otra vez para olvidarme de tanto imbécil con puestos de responsabilidad. Vigila tú que voy todo, se me olvidó decirle.
Coda: Y en ese "en la oscuridad de los reflectorios, donde escondemos los demonios". Y luego pensar en ese mañana de mierda, y en ese pasado mañana de mierda, y en ese miércoles de mierda, y en todos esos días de mierda.
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