martes, 3 de noviembre de 2015
Ronaldo y los hijos deseados, los no deseados y los indeseables.
A raíz (de las que no deben poner en los gintonics) de las declaraciones de la madre de Cristiano Ronaldo sobre la llegada de CR7, y sus deseos y lo que luego realmente ocurrió, se está escribiendo de todo. ¿El límite? Siempre pensando en neperiano y en jodiendas con vistas a la bahía. Un compañero argüellista me dijo que en los embarazos de su esposa, cuando el doctor les hablaba sobre los riesgos del embarazo (tercero, quinto, sexto, mendócimo), el contestaba con otro clásico: "¿Cuántos niños con dos cabezas conoce usted?". En momentos de lucidez sobria, en mitad de alguna clase (y sin motivo aparente salvo la llamada a Herodes), suelto unas palabritas para buscar otra matanza de los inocentes: "Por tipos como vosotros, el aborto tenía que estar permitido en todos los supuestos". Y me ratifico siempre, en todos. Siempre. O tal vez no, vaya usted a saber. Pero hay una venganza por el camino y la de los Nikis se queda corta. Y todo lo demás.
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