Se ha roto la baraja y no tenemos imaginación para jugar sin cartas. Todo es mentira en nuestro mapa picapedrero. O como se diga. Sin palos en el sombrajo. Yo soy tu vice, yo soy tu ministro sin nombre en la camisa. Y no sabemos jugar, no lo llevamos en nuestro ADN o DNA o como se diga. Pero siempre nos quedarán los Artic Monkeys para que Patxi pinche en el Congreso, que es para lo que va a quedar. Un after, aunque nos suban los precios de los gintonics. Y todo lo demás.
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