lunes, 11 de enero de 2016

La muerte, las fotografías y los lunes de enero

Llevo días quiero poner énfasis en aspectos absolutamente fútiles que nos quitan mucho tiempo pero que seguimos repitiéndolos, con o sin motivo. Y no sé, pero lleva buena parte del personal hablando toda la puta mañana sobre la muerte de Bowie, repitiendo tópicos y jodiendas con vistas al camaleón, como si fueran amigos de toda la vida, cuándo Bowie había enterrado a la mayoría de sus amigos. A lo que iba. El lunes pasado, Paul Shirley, resumiendo año y 2015 con su lucidez taciturna (yo también quiero tu camiseta, Paul), reflexionaba (el bien, no como otros) sobre las imágenes de la cuenta de Instagram que había dejado Jackson Vroman. A lo mejor los que no sois fanáticos del baloncesto, y podéis dormir tranquilos sin perderos un partido entre Clippers y Pelicans como el de anoche no lo sabéis, pero Jackson era un picaflor, un tipo que disfrutaba de la vida y que nos ha dejado una buena colección de imágenes. Pero lo importante, un lunes como otro cualquiera, es la vida que llevamos. O la que deberíamos llevar. Pensamos que somos eternos, como Bowie. La pérdida de la privacidad y todo eso que nos cuentan los gurús de la informática. Pero también nos gusta la impostura, nos gusta emocionarnos y, a veces, ponerlo en imágenes para que lo vean desde la otra punta del mundo. O para dar envidia. Y todo lo demás.

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