De esas que estoy con el jefe de la residencia catastral en el tanatorio, en el velatorio sin velas de un compañero del extinto banco que tanto abusó de ellos durante años, y se pone a hablar con el compañero de turno, y de los años, y que la previsión del famoso banco ahora ni vocal de las cuatro era de que llegarían como mucho, a los ochenta. Y no, algunos, como el velado, tres años más. Y en esas, que la recién estrenada viuda, nos recuerdo una frase del fallecido hacía seis horas: "Para mí sería un fraude no llegar a los noventa. Y nos quedamos sin saber decir ni letra ni vocal. Y todo lo demás.
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