domingo, 27 de marzo de 2016
El temible Blott
Recuerdo que leí por primera vez a Tom Sharpe en el curso académico 1997-1998. Un buen día, sin Los Planetas de fondo, y pasando hora en la cantina, una individua del sector totanero de la facultad de Letras me escribió en una servilleta varios libros a los que le metían la retina en Filología Inglesa. Uno de ellos era Wilt, aquella historia del profesor de FP que resumía a la perfección la situación británica del momento. Y, casi veinte años después, lleguo a El temible Blott, del año 1975. La construcción de una autopista hace saltar los fuelles y mecanismo del adusto pueblo de turno, de sus políticos, de sus costumbres y de sus más bajos instintos. El chantaje y la perversión llegan a sus extremos más calamitosos. Cualquier asunto vale para conseguir los objetivos políticos, los familiares, los de toda la vida. Cualquier coda, canovismo puro y duro: el arte de lo posible. Y la batidora empieza a cargar(se) todo lo que pasa por su cuchilla. Uno de esos libros que no pasa de moda, sino que pone en evidencia ciertas ideas (desde el odio a la Europa continental al desprecio propio y ajeno. Y todo lo demás.
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