viernes, 3 de junio de 2016
La (in)tranquilidad de los rostros
Puestos a sumar Apocalipsis, redención, autoinnovación y jodiendas con vistas al rostro, ahora toca multiplicar los rostros de los candidatos. No solo toca hablar de Venezuela cada 42 segundos, sino que hay que sacar el látex, el barniz, la espátula y el serrucho para multiplicar esos rostros antes y después del mitin, antes y después de salir rodedos de niños haciendo el imbécil, antes y después de anarosear, copiando lo peor de Trump y Clinton, tomando lo peor de la historia de los correos, tomando lo peor de personajes en los que no sabes donde empieza el pelo y donde acaba el cuello. Como moldes de esperpentos anteriores, nuestro póker de perdedores en mitad de la victoria, esperan que estos 23 días cambien el signo de las encuestas mientras escuchan plegarias demoscópicas. Con sus pantalones made in China, multiplican manos y neuronas en campaña sin saber que hacer, sabiendo que Bruselas manda y que sus promesas acabaran hechas estribillo de una canción de Los Piratas. Y serán recordados, y, olvidados, como tantos otros. Rostros tranquilos e intraquilos, lapos en mitad de un océano en el que hasta los corales mueren de desesperación. Y todo lo demás.
Viendo el pentagrama me he acordado de las ideas de algunos que dicen que van a practicar más inglés en la asignatura de música. ...
ResponderEliminarUffffffffff, siempre innovando algunos.
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