Lo de anoche, como
casi todas las noches electorales, fue un cachondeo. Una tomadura de pelo. Una de tantas. La penúltima, que nos vamos a "divertir" mucho de aquí al 19 de julio. De las israelitas a los resultados definitivos, lo peor. Miedo, chisperas italianas, alusiones sangrantes y caras largas: Luena, López, Errejón, Iglesias. Vaya cara de circunstancias. Y no dimitió nadie. Nadie. Nadie.
Si es que la estadística no son matemáticas...
ResponderEliminarLa política es un abuso de la estadística
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