sábado, 30 de julio de 2016

El penúltimo himno de Julio

Si fuéramos dioses, hechos por mentes vegetales e intronautas, llovería siempre. Pero como no somos dioses, ni semidioses, ni héroes, simples peones de una partida de ajedrez contra uno mismo, payeses sin remensa que pagan con sus madrugones las pensiones de ministros y exministros, de presidentes y expresidentes, de chusma y gentuza, tenemos que consolarnos en este julio esquimal con himnos. Y este himno es el penúltimo, que mañana no hay que madrugar (de momento). Adiós y a misa, ateos. Y todo lo demás.

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