viernes, 14 de octubre de 2016
Halt and Catch Fire. Tercera temporada
¿Somos excéntricos o simplemente imbéciles? Me refiero a lo de pensar "algo" antes de los demás. ¿Es difícil pensar antes y demostrar que los demás están equivocados aunque seas el culo del mundo? ¿Cuánto tiempo llevas realmente sin escuchar el Train Vain de The Clash? ¿Te crees que por tu grado en no sé que especialidad puedes destacar por encima de los demás y no piensas que eres un desgraciado por olvidar durante años a Strummer y sus secuaces y sus andanzas granadinas y todo lo demás? Tiene muchos hilos esta tercera temporada de Halt and Catch Fire. Redes, hilos, antivirus y pruebas de VIH. 1986. Tarjetas de crédito y problemas de familia, tarjetas de crédito y problemas de salud. A veces lo suelto en clase, que no se hagan ilusiones cuando lo personal vaya bien, porque la vida de te pone en tu sitio. La relación tarjetas de crédito, problemas de familia y problemas de salud va siempre pendiente de ese hilo, de esa red, de ese Lost in the Supermarket que suena en tu cabeza una y otra vez mientras sueñas que vives en las alturas pero llevas una camiseta vacía con tantos agujeros. Siempre, hasta cuando el infierno sea nuestro hábitat natural, siempre encontramos una petaca tras un ladrillo de un tejado. O casi siempre. Y motos y anillos, y llantos y comida china sin subfusil. Nada es fácil, todo se vuelve negro cuando el cuervo telleriano aparece y te lleva en volandas para que veas al resto de ángeles caídos. Siempre hay un cuatro de julio en el que es mejor quedar(se) en casa; siempre hay un cuatro de julio para dormir en una terraza; siempre hay un cuatro de julio para ver la indolencia familiar; siempre hay una radio como refugio; siempre hay un anillo olvidado que recuperar. O tal vez, no. Y un Super Mario al amanecer, pero la princesa sigue en otro castillo; y una fiesta de Atari hasta el amanecer, pero la www está en otro fax muy lejos. Lo de robar ideas es adictivo, lo de subir escaleras en mal estado es peor aún. Todo es mentira en la nube lleno de relámpagos, todo es mentira cuando las verdades son medios ultrajes. Solo queda resistir, huir, salir volando, marchar a Japón, escapar y diversión, dolor y llanto, volver a las andadas, volver a las jodiendas con vistas a San Francisco. O tal vez, no. ¿De verdad el futuro es una versión cutre del presente? ¿O era al revés? ¿Podemos joderlo todo por celos, por desamor, por venganza, por egoísmo, por mirar(nos) el ombligo? ¿Es todo una gran mentira? ¿Es todo un panfleto arrugado en mitad de una jodienda con vistas a San Francisco? ¿De verdad terremotos emocionales destrozan las empresas? ¿De verdad hay muertos en nuestras conciencias? ¿De verdad el trabajo y la conviviencia son incompatibles?
Coda: Y volver a hacer recargas en vasos rojos, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez.
No hay que ser mejor que nadie, hay que quien somos simplemente.
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