jueves, 10 de noviembre de 2016

Las estadísticas, los números, la democracia

No siempre es bien entendida la democracia. El último martes, esa madrugada viendo resultados de estados en USA, la victoria de Trump. Ahora todo tiende a relativizar(se) o a exagerar(se). Todo es mentira, una gran mentira. Nadie se preguntaba ayer el motivo de la venta de ideales obamísticos a las grandes empresas, porque mandaba más el vice que el presi, porque una gran mentira bien vendida se convirtió en un sueño que engañó a muchos norteamericanos del sur. Mapas azules y rojos, mentiras sobre el cristal, engendros políticos y el miedo de lo que está por venir. ¿Pero que eran los Bush? ¿Qué son la mayoría de gobernadores estatales? Stan, uno de los hermanos Van Gundy, hablaba ayer de lo que se le ha hecho a las minorías. Minorías, mayorías, guetos, impuestos con superdiferencias interestatales. Muy complejos los resultados para sacar conclusiones tan rápidamente. ¿Pero qué eran los Bush? ¿Nadie se acuerda lo que significaron y han significado los Bush? ¿Y no tenían ningún candidato peor los demócratas? El personal quiere cambios. No siempre tienen que ganar los Spurs porque aburren; no siempre tienen que ganar los Warriors aunque superen el récord de Jordan y sus secuaces; no siempre tiene que ganar Lebron S.A. (otro que dio su apoyo a la esposa de Bill). Que los dólares, muchas veces, nos impiden la industria armamentística, la América cerealística, las jodiendas con vistas al Golden Gate. No es hora de flores en el pelo, ni de hippies con móvil de 700 euros. Olvidad un rato la realidad y soñad. Y todo lo demás, también.

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