domingo, 1 de enero de 2017

The People v. O.J. Simpson. American Crime Story.

Los que tenemos cierta edad todavía recordamos los ecos del juicio contra O.J. Simpson. Nos hacemos mayores, pero siempre nos queda algo en la memoria, siempre nos queda algo en la quijotera. The People v. O.J. Simpson. American Crime Story resume, desde su perspectiva, aquel juicio, su contexto, sus principales protagonistas y lo que supuso para aquellos Estados Unidos en ese determinado momento. En ese sentido, se mezclaron asuntos judiciales y, sobre todo, raciales. Otra vez el asunto racial. Menudo caso. Menuda historia. Si siempre decimos que no existe la ley, que existe un juez, un tipo que interpreta la ley, en el caso O.J. Simpson fueron los miembros del jurado los que interpretaron, a su manera, la ley. Y, desde el principio de la serie, uno de los puntos claves, si no el punto clave, fueron los miembros del jurado. Blancos, negros, amas de casa y todo lo demás. En el juicio penal, O.J. Simpson salió de rositas, posteriormente en el proceso civil si fue acusado. Pero al final de cuentas, eso ya es historia. Y la serie también se centra en el problema interno de la fiscalía a la hora de llevar el caso. Y, sobre todo, en la elección de los superabogados, el Dream Team que defendió a O.J. Vaya historia. No está mal, pasadas dos décadas, recordar aquella historia. Y todos los que participaron en aquella historia, de una u otra forma, sufrieron una transformación en sus vidas. Cuando le cuento a los alumnos de la ESO que el clan Kardashian se hizo famoso con este caso, no se lo creen. No saben los orígenes de este grupo que toca cualquier asunto y lo transforma generalmente para mal. A fin de cuentas, no importa si O.J. si era culpable o no, simplemente todo se acabó reduciendo a una cuestión únicamente racial. Se vendió la moto con el asunto racial, se invocaban derechos civiles y los hechos acontecidos en 1992. Y acaba, al igual que se inicia, con un capítulo memorable. Películas, más que capítulos. Y sale el careto de Clinton, don Guillermo. Y, si hubiera sido posible, lo ideal hubiera sido que Obama hubiese reflexionado en voz alta sobre el tema. Todo es imperfecto en esta nuestra vida. No existe la ley. Nunca. Existen tipos que interpretan la ley: antes, durante y después. También se pone subrayado a lo largo de la serie a través de las historias colaterales de todos y cada uno de los personajes de la historia. Todos con demonios interiores, todos con historias que contar: las dudas de Robert Kardashian son un buen ejemplo de ello. Serie imprescindible para los que gustan recordar hechos del siglo XX que han acabando retratando a más de uno . Y todo lo demás, también. Coda: Siempre nos quedará Schubert.

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